El pasado 14 de abril de 2025, Alan M. Garber, presidente de la Universidad de Harvard en EE.UU., emitió una carta pública en respuesta a las demandas del gobierno federal de ese país, que amenazó con retirar fondos a la institución debido a acusaciones de antisemitismo en el campus.
La misiva, publicada en el sitio oficial de Harvard, defiende la autonomía académica y rechaza las exigencias gubernamentales que buscan regular las opiniones y decisiones de la comunidad universitaria.
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A continuación, se presenta la traducción íntegra de la carta, seguida de un análisis del contexto y las implicaciones de este enfrentamiento.
Carta de Alan M. Garber, presidente de Harvard
Estimados miembros de la comunidad de Harvard:
Durante tres cuartos de siglo, el gobierno federal ha otorgado subvenciones y contratos a Harvard y otras universidades para financiar trabajos que, junto con las inversiones de las propias universidades, han dado lugar a innovaciones revolucionarias en una amplia gama de campos médicos, de ingeniería y científicos. Estas innovaciones han mejorado la salud y la seguridad de innumerables personas en nuestro país y en todo el mundo.
En las últimas semanas, el gobierno federal ha amenazado sus alianzas con varias universidades, incluida Harvard, debido a acusaciones de antisemitismo en nuestros campus.
Estas alianzas se encuentran entre las más productivas y beneficiosas de la historia de Estados Unidos. Nos esperan nuevas fronteras con la perspectiva de avances transformadores, desde tratamientos para enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson y la diabetes, hasta avances en inteligencia artificial, ciencia e ingeniería cuánticas, y muchas otras áreas de potencial.
Si el gobierno se retira ahora de estas alianzas, pone en riesgo no solo la salud y el bienestar de millones de personas, sino también la seguridad económica y la vitalidad de nuestra nación.
El viernes por la noche, la administración emitió una lista actualizada y ampliada de demandas, advirtiendo que Harvard debe cumplir si pretendemos "mantener nuestra relación financiera con el gobierno federal". Deja claro que la intención no es colaborar con nosotros para abordar el antisemitismo de forma cooperativa y constructiva. Si bien algunas de las demandas del gobierno buscan combatir el antisemitismo, la mayoría implica una regulación gubernamental directa de las condiciones intelectuales en Harvard.
Les animo a leer la carta para comprender mejor las exigencias sin precedentes del gobierno federal para controlar a la comunidad de Harvard. Estas incluyen requisitos para "auditar" las opiniones de nuestro alumnado, profesorado y personal, y para "reducir el poder" de ciertos estudiantes, profesorado y administradores que han sido objeto de críticas debido a sus ideas ideológicas. Hemos informado a la administración, a través de nuestro asesor legal, que no aceptaremos el acuerdo propuesto. La Universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos constitucionales.
La prescripción de la administración excede las facultades del gobierno federal. Viola los derechos de Harvard bajo la Primera Enmienda y excede los límites legales de la autoridad gubernamental bajo el Título VI. Además, amenaza nuestros valores como institución privada dedicada a la búsqueda, producción y difusión del conocimiento. Ningún gobierno, independientemente del partido en el poder, debería dictar qué pueden enseñar las universidades privadas, a quiénes pueden admitir y contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden desarrollar.
Nuestro lema —Veritas, o verdad— nos guía en el desafiante camino que tenemos por delante. Buscar la verdad es un viaje sin fin. Requiere que estemos abiertos a nueva información y perspectivas diferentes, que sometamos nuestras creencias a un escrutinio continuo y que estemos dispuestos a cambiar de opinión. Nos obliga a asumir la difícil tarea de reconocer nuestras deficiencias para que podamos alcanzar la plena promesa de la Universidad, especialmente cuando esta se ve amenazada.
Hemos dejado muy claro que no tomamos a la ligera nuestro deber moral de combatir el antisemitismo. Durante los últimos quince meses, hemos tomado numerosas medidas para abordar el antisemitismo en nuestro campus.
Planeamos hacer mucho más. En nuestra defensa de Harvard, continuaremos: fomentando una cultura próspera de investigación abierta en nuestro campus; desarrollando las herramientas, habilidades y prácticas necesarias para interactuar de forma constructiva; y ampliando la diversidad intelectual y de puntos de vista dentro de nuestra comunidad; afirmando los derechos y responsabilidades que compartimos; respetando la libertad de expresión y la disidencia, al tiempo que garantizamos que las protestas se realicen en un momento, lugar y forma que no interfieran con la enseñanza, el aprendizaje y la investigación; y mejorando la coherencia y la equidad de los procesos disciplinarios; y trabajando juntos para encontrar maneras, conforme a la ley, de fomentar y apoyar una comunidad vibrante que ejemplifique, respete y acepte la diferencia.
Al mismo tiempo, también seguiremos cumpliendo con el caso Estudiantes por Admisiones Justas contra Harvard, que dictaminó que el Título VI de la Ley de Derechos Civiles prohíbe que las universidades tomen decisiones basadas en la raza.
Estos fines no se lograrán mediante la imposición de poderes, ajenos a la ley, para controlar la enseñanza y el aprendizaje en Harvard y dictar cómo operamos.
La labor de abordar nuestras deficiencias, cumplir nuestros compromisos y encarnar nuestros valores nos corresponde definir y emprender como comunidad. La libertad de pensamiento e investigación, junto con el compromiso permanente del gobierno de respetarla y protegerla, ha permitido a las universidades contribuir de manera vital a una sociedad libre y a una vida más sana y próspera para las personas de todo el mundo.
Todos compartimos el interés de salvaguardar esa libertad. Procedemos ahora, como siempre, con la convicción de que la búsqueda intrépida y sin trabas de la verdad libera a la humanidad, y con fe en la promesa perdurable que las universidades estadounidenses tienen para nuestro país y nuestro mundo.
Atentamente,
Alan M. Garber
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