En medio de pandemia, Brasil se queda sin ministro de Salud por segunda vez en un mes

El presidente Jair Bolsonaro ha chocado con sus ministros, pues quiere una apertura más acelerada, a pesar de que los médicos recomiendan lo contrario.

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Nelson Teich (izquierda) renunció a su cargo como ministro de Salud por “diferencias” con Jair Bolsonaro (derecha). Este último quiere una apertura agresiva de su país y ha considerado al COVID-19 una “gripecita”. Foto EDH / AFP

Por AFP

2020-05-15 8:01:10

El ministro brasileño de Salud renunció ayer por “incompatibilidades” con el presidente Jair Bolsonaro en la lucha contra el COVID-19, incrementando las incertidumbres de una población sometida a órdenes contradictorias en pleno auge de la pandemia.

El oncólogo Nelson Teich, de 62 años, duró menos de un mes en el cargo. El 17 de abril había reemplazado a Luiz Henrique Mandetta, otro médico, favorable a medidas de aislamiento social que según Bolsonaro pueden ser peores que la enfermedad, debido a sus consecuencias económicas.

Teich “pidió ser exonerado del cargo”, indicó por la mañana una nota del ministerio, sin explicaciones. Tampoco el ahora exministro las dio en una breve declaración a la prensa por la tarde.

“No acepté [ser ministro] por el cargo, sino porque pensaba que podía ayudar a Brasil y a la gente”, declaró, tras agradecer a Bolsonaro haberle “dado la oportunidad de ser parte del ministerio de Salud”.

Una fuente ministerial dijo a la AFP que la dimisión se debió a “incompatibilidades” en la estrategia contra la pandemia, que ya dejó más de 202,000 casos y casi 14,000 muertos en Brasil. El número de casos podría sin embargo ser hasta 15 veces superior, en un país sin generalización de test, según expertos.

Según la fuente, la gota que hizo desbordar el vaso fue la presión de Bolsonaro para que Teich autorizase el uso de la cloroquina en el estadio inicial del tratamiento de pacientes de COVID-19, pese a que las pruebas con ese medicamento no se revelaron concluyentes y del que se temen los efectos secundarios.

El ministro sufrió además un serio desplante la semana pasada, cuando Bolsonaro incluyó, sin consultarlo, a los gimnasios y peluquerías en la categoría de “actividades esenciales” que podrían permanecer abiertas en estados donde los gobernadores impusieron medidas de cuarentena o aislamiento social.

Teich fue sustituido de forma provisoria por su secretario ejecutivo, el general Eduardo Pazuello, sin que se sepa si será efectivizado.

“La renuncia de Teich es un mal presagio para la respuesta de Brasil a la pandemia de COVID-19, en vísperas de la fase más aguda de crisis de la salud pública”, escribió la consultora de riesgo político Eurasia Group, que alerta sobre la “disfunción” de coordinación del gobierno federal con los estados y municipios.

La Bolsa de Sao Paulo, que operaba sin tendencia definida, se orientó a la baja tras la renuncia de Teich y una hora y media antes del cierre retrocedía 1.84%.

Brasil “a la deriva”

El gobernador de Sao Paulo, Joao Doria, que decretó una cuarentena parcial en su estado desde el 24 de marzo, lamentó la salida de Teich y afirmó que Brasil va “a la deriva”.

“Otro ministro de la Salud, que cree en la ciencia, deja el gobierno de Bolsonaro. En el momento en que la curva de muertes por coronavirus se acelera. El barco está a la deriva. Que Dios proteja a Brasil y a los brasileños”, tuiteó Doria, un exaliado de Bolsonaro.

En una reunión con empresarios el jueves, Bolsonaro pidió “jugar pesado” contra Doria y los gobernadores que apoyan las medidas de confinamiento.

“Un hombre está decidiendo el futuro de Sao Paulo, está decidiendo el futuro de la economía de Brasil. Ustedes, con todo respeto, tienen que llamar al gobernador y jugar pesado, jugar pesado, porque la cuestión es seria, es guerra”, declaró.

El presidente, que llegó a calificar a la COVID-19 de “gripecita”, ve inevitable que haya cierto número de muertos para evitar el colapso económico del país, en una línea similar a la del estadounidense Donald Trump.

“Tenemos que tener coraje para enfrentar el virus. ¿Está muriendo gente? ¡Está! ¡Lo lamento! Pero va a morir mucha, mucha, mucha más si la economía continúa siendo destrozada por esas medidas”, dijo el jueves Bolsonaro.