VIDEO: El asesino del calendario, las dos impactantes historias sobre sus víctimas

El primer crimen fue cometido el 30 de mayo de 2005, el segundo, exactamente cinco años después. Fue condenado a 28 años de cárcel en Perú, se espera que en 2038 sea procesado por el primer asesinato.

Nunca dijo dónde estaba el cadáver de la joven estadounidense

Por N. Hernández / Agencias

2020-03-11 2:39:42

Natalee Holloway, era norteamericana y tenía 18 años, soñaba con ser doctora. Sus sueños quedaron truncados el 30 de mayo de 2005, cinco años después moriría Stephany; una estudiante de economía de 21 años. Dos crímenes, dos historias y un asesino.

Joran van der Sloot tenía 17 años cuando estranguló a Natalee. Él era un adolescente holandés bastante apuesto, amable, estudiante responsable, hijo de un prominente abogado que pretendía ser juez… nadie sospechó de él.

Natalee era rubia, de ojos azules y medía 1.63 de altura. La joven se graduó con honores y esperaba ser beneficiada con una beca para estudiar medicina en la universidad de Alabama, pero mientras esperaba hizo su viaje de egresada a Aruba, una isla caribeña que depende del Reino de Holanda. El viaje lo hizo en compañía de sus 124 compañeros del colegio secundario Mountain Brooke, de Alabama en Estados Unidos.

Llegó a la isla el 26 de mayo, el domingo 29 era la última noche del viaje y el grupo de estudiantes salió a divertirse. Esa noche, Jessica Caiola le tomó las últimas fotos de su vida, en ellas se veía bailando y muy feliz.

Jessica y Natalee nunca fueron muy cercanas, pero esa noche se la pasaron juntas en el pub Carlos’n Charlies, de Oranhestad. Decidieron volver juntas al hotel a la una y media de la madrugada del lunes 30 de mayo y estaban en la puerta de la discoteca para abordar el minibús para turistas que recorría la zona hotelera. Sin embargo, a último momento, se separaron. Natalee quiso comprar algo para comer y se perdieron de vista entre la gente.

Natalee soñaba con estudiar medicina, pero a los 18 años sus sueños fueron truncados. Foto Facebook

Justo en ese momento, Natalee se cruzó con el chico atractivo que llevaba días viendo en el hotel. Joran estaba acompañado de dos amigos y le ofreció llevarla al hotel, como él no se veía peligroso ella decidió subir al auto.

El 30 de mayo sus compañeros y la delegación escolar la esperaron, pero ella no apareció. Revisaron su habitación y su equipaje junto a su pasaporte estaban ahí, fue entonces cuando los encargados del grupo empezaron a buscarla y mandaron a los demás adolescentes al aeropuerto.

Antes, Jessica les informó que la vio en un vehículo junto a un joven que desde su estancia en el hotel había estado cerca del grupo.

“La ventana estaba baja así que la vi perfectamente en la parte trasera del auto. Pensé: bueno, consiguió una manera de volver al hotel. En el auto iba el mismo chico que había conocido en el casino de nuestro hotel. No éramos íntimas amigas, pero esa noche la pasamos juntas”, declaró Jessica a los policías tiempo después.

“Era tan simpático que no había motivo para no estar con él. No recuerdo a nadie especialmente con él, pero siempre estaba ahí. Y esa noche estuvo en el pub, mil por ciento. Lo vi. Se lo conté infinidad de veces al FBI”, dijo en otra declaración.

El cadáver de Natalee nunca fue encontrado. En más de una ocasión pidió a Joran que le dijera qué había hecho con él. Foto AFP

Horas después de la desaparición, Beth y Dave Holloway, madre y padrastro de Natalee llegaron a la isla para encabezar la búsqueda.

No fue difícil dar con el “joven apuesto”, pero él aseguró que llevó a Natalee al hotel y a pesar que se descubrió que era mentira porque en los videos del Hotel no estaba registrado, no fue capturado. Además, las dos coartadas de sus dos amigos confundieron a las autoridades, quienes estaban acostumbrados a que no pasara nada grave en la isla.

El caso fue cerrado el 18 de diciembre de 2007, por falta de pruebas Joran no figuraba ni como sospechoso. Sin embargo, en febrero de 2008 el caso fue abierto de nuevo, después que Joran confesara en un video el asesinato.

Patrick Van Der Eem se ganó la confianza de Joran, ahora con 20 años y decidió que quería saber qué había pasado con la joven norteamericana. Lo comentó con el periodista Peter R. de Vries y él le facilitó una camioneta y todo el equipo necesario para grabar la confesión.

Joran bajo el efecto de la marihuana y el póker confesó:

“Por supuesto que está muerta (…)Todo terminó mejor de lo que nunca hubiera soñado, Patrick, porque nunca la encontraron. Porque si la hubieran encontrado yo estaría hundido en la mierda (…) La conocí sólo dos días, a lo sumo habré estado con ella tres horas y media en total (…) Estábamos ahí y de golpe no se movió más. Por supuesto Pat, traté de reanimarla. Traté de sacudirla. Estaba ahí, sacudiendo a la perra. Quería llorar. Pensaba por qué siempre me pasan estas mierdas. Entonces llamé a este tipo. No lo llamé de mi celular. Fui a un teléfono público (se cree que sería un teléfono del Hotel Marriot), lo llamé y le dije lo que había pasado. ‘Vení, vení a ayudarme. Y no llames a la policía’. Él me dijo que no la llamaría y que venía. Era un amigo de mi infancia que haría cualquier cosa por mí y me voy a llevar su nombre a la tumba. Llegó a la playa, ella estaba igual todavía (…) Mi amigo me dijo que tenía el bote (…) la levantamos y la subimos al bote. Y me aconsejó que a la mañana fuera al colegio y me comportara normalmente por si descubrían que ésta chica faltaba (…) Me dí cuenta de que tenía razón, que tenía que actuar normal. Y pensé que iba ir al Casino al anochecer así las cámaras me registraban (…) Así que mientras yo caminaba a casa, él navegaba hacia mar abierto. Me dijo que habría hecho unas dos millas. La tiró por la borda y volvió a casa. Y me dijo que ella iba a ser considerada perdida y que la buscarían. Pero que no iban a encontrar nada (…) Deepak and Satish son chicos estúpidos. Vos podés ver cuán inteligente soy yo. Los dejé decir que me dejaron en el hotel. Confundieron a todos y cagaron toda la investigación (…) Estábamos tocándonos con ella y hablando… y ¡bum! Empezó a temblar”, declaró a su amigo Patrick.

Joran confesó su primer asesinato, pero por estar bajo los efectos de marihuana su confesión no fue tomada en cuenta.

La confesión no fue tomada en cuenta en el proceso por la influencia de la marihuana, pero dio cierta paz a la madre de Natalee, quien pensaba que su hija había sido abusada sexualmente y tirada al mar aún con vida: “Recé varios años para tener una respuesta a lo que pasó y por fin la tengo (…) Joran ¡podría haber llamado a una ambulancia!”, dijo.

Pero el calvario de la madre de Natalee no acabaría ahí porque en múltiples ocasiones enfrentó extorsiones de Jordan con la promesa de darle información sobre el lugar donde estaba el cadáver de su hija.

En una ocasión le solicitó 250 mil dólares, Beth decidió recurrir al FBI y les informó sobre la extorsión. Los agentes planearon atraparlo por fraude, tendieron una trampa y todo salió mal. El resultado fue desastroso, una joven peruana de 21 años murió a manos del Joran.

El 10 de mayo de 2010, Jordan llevó a los investigadores a un jardín donde aseguró que su padre, quien ya había muerto, enterró el cadáver de Natalee. El FBI le entregó 25,000 dólares, 10,000 en efectivo y 15,000 fueron depositados en su cuenta.

Horas después, Jordan se embarcó a Perú y mandó un email diciendo que la información dada era falsa. Todo se le facilitó al criminal porque los investigadores todavía no habían presentado cargos contra él.

Cinco años después, el segundo asesinato

Stephany era estudiante de economía y tenía 21 años. Hija de Marielena Ramírez y Ricardo Flores, expresidente del Automóvil Club de Perú, empresario y creador de autos.

A Stephany le gustaba jugar póker, en un casino conoció a Joran y salió un par de veces con él.

El 30 de mayo de 2010, justo cinco años después del crimen de Natalee, Stephany fue estrangulada en el hotel Tac, del barrio Miraflores de la ciudad de Lima, Perú.

A diferencia de Natalee cuyo cuerpo nunca fue encontrado, el cadáver de Stephany fue encontrado en el hotel dos días después de haber sido asesinada.

El cuerpo estaba en la habitación 309 y fue encontrado por una empleada de la recepción el miércoles 2 de junio. El hallazgo fue descubierto por una llamada del casino Atlantic City, pedían hablar con un ciudadano holandés. La llamada fue transferida, pero jamás contestada.

La empleada del hotel revisó el estado de cuenta de la habitación y vio que el extranjero debía dos días de alquiler, subió a la habitación y no obtuvo respuesta. Informó a la administradora y volvió a la habitación con una llave.

Al entrar, la escena fue desgarradora y lo que menos esperaba: “la señorita Stephany se encontraba tirada en el piso de espalda y las rodillas flexionadas hacia la pared. Sangraba por la nariz por lo que me asusté y salí de ahí”, declaró la empleada a la Policía.

El crimen era evidente y el asesino también porque la habitación estaba registrada al nombre de Joran. Finalmente fue detenido el 3 de junio en Chile y deportado a Perú en menos de 24 horas. Cuando fue interrogado, confesó cómo murió la estudiante de economía.

Joran fue condenado a los 22 años por el asesinato de la joven peruana Stephany. Condenado a 28 años, después podrá ser extraditado a Estados Unidos para pagar por su primer crimen.

Contó que estaban en la habitación y él salió a comprar dos cafés, pero al volver encontró a Stephany revisando su computadora y leyendo toda la información sobre el caso de Natalee. Se enojó y terminó asesinándola.

Aseguró que ella estaba muy atemorizada por lo que había leído y empezaron a pelear. Después de la discusión intentó escapar, pero Joran le pegó en la nariz con el codo derecho y con un movimiento de karate le dio un golpe en la nuca. Después la estranguló durante un minuto y la asfixió con la camiseta ensangrentada. Además, terminó hurtando 5,000 que la joven había ganado en el casino.

Cuando Beth fue informada sobre la captura del asesino de su hija viajó a Perú, lo vio cara a cara y le rogó que le dijera donde estaba el cadáver de su hija, pero él se negó a dar la información.

“Caminé sola con todas las novias, madres y amantes que estaban haciendo cola para ese día de visitas en la cárcel”, dijo Beth en una entrevista con ABC.

Jordan fue juzgado por el homicidio de Sthephany, declarado culpable de asesinato y condenado a cumplir 28 años de cárcel. Después de cumplir su condena, en julio de 2038, podrá ser extraditado a los Estados Unidos para pagar por su primer crimen.

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