Guatemala recibe restos de la niña migrante que murió bajo custodia de Patrulla Fronteriza

Ningún representante de la familia de la menor llegó al Aeropuerto Internacional La Aurora, en la capital, según la Cancillería.

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Foto: Guillermo Arias / AFP

Por EFE

2018-12-23 5:30:32

Los restos de Jakelin Caal, la niña inmigrante que murió el pasado 8 de diciembre bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, llegaron hoy a Guatemala para su velatorio y posterior inhumación en una remota comunidad del norte del país.

Ningún representante de la familia de la menor llegó al Aeropuerto Internacional La Aurora, en la capital, según la Cancillería.

En las instalaciones aéreas existe una capilla en la que se instalará el ataúd para luego entregarlo a una funeraria privada que lo trasladará, luego de los trámites legales, hasta el departamento norteño de Alta Verapaz para su velatorio y posterior entierro.

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Una niña guatemalteca de siete años cruzó México con su padre en una semana sin síntomas aparentes, llegó a Estados Unidos y en 48 horas había muerto entre fiebre y vómitos, según informó el periódico El País.

Originaria de la comunidad de San Antonio Secortez, del municipio de Raxruhá, la menor había viajado con su padre, Nery Caal, de 29 años, en busca del denominado sueño americano.

La madre de la niña, Claudia Maquín, de 27 años, tiene otros tres hijos menores con Nery y prefiere que su esposo siga en Estados Unidos para que ayude a mantener a los niños.

Jakelin Caal Maquín estaba bajo protección de la Patrulla Fronteriza cuando murió, por lo que el Estado de Guatemala ha pedido al gobierno de Estados Unidos una exhaustiva investigación de este caso.

Los restos de la menor fueron trasladados a Guatemala desde Laredo (Texas), una vez que las autoridades consulares en Del Río cumplieron con los trámites legales.

Un hecho confuso

El padre y la niña emprendieron la ruta el viernes 30 de noviembre, viajaron una semana. Un grupo de “coyotes” los llevaron junto a un grupo de unas 40 personas en autobús hasta la frontera entre Chihuahua y Nuevo México. Allí se encontraron con otro grupo más grande.

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La niña y su padre integraban un grupo de 163 migrantes que fue detenido el pasado 6 de diciembre cerca de Antelope Wells, en el estado de Nuevo México, en medio del desierto.

El lugar por donde cruzaron los inmigrantes es tan remoto que el centro de detención más cercano se encuentra en Lordsburg, Nuevo México, a unos 150 kilómetros al norte por carretera. Los agentes no podían transportar al grupo entero, por lo que lo hicieron en dos tandas. El traslado empezó en autobús a medianoche.

Primero llevaron a unos 50 menores no acompañados. Sobre las cuatro de la madrugada, el autobús volvió a por un segundo grupo. En este viaje iban Jakelin y su padre. Durante el tiempo que estuvieron esperando tuvieron acceso a comida, bebida y aseos.

Ella era Jakelin Amei Rosmery Caal, de 7 años, quien murió por deshidratación en Texas.

En el autobús, la niña empezó a vomitar. Faltaba más de hora y media de viaje y le estaba subiendo la fiebre. Fue atendida “de inmediato” por paramédicos de la Patrulla Fronteriza. Cuando llegó al centro de detención, a las 6.30 del 7 de diciembre, no respiraba. Un equipo médico la atendió allí mismo. Tenía 40,9 grados de fiebre.

Los servicios médicos del condado de Hidalgo decidieron su traslado a un hospital. A las 7.45, Jakelin despegaba en un helicóptero rumbo a El Paso, a 250 kilómetros. Los agentes llevaron a su padre en coche.

En el hospital, un escáner reveló inflamación en el cerebro. Le fue diagnosticado un fallo hepático. Jakelin tuvo un paro cardíaco a las 11:00 del viernes. Los médicos lograron reanimarla y después la salvaron de un segundo paro cardíaco.

Su padre estaba con ella. La niña pasó el resto del viernes “medianamente estable”. “El sábado, a las seis de la mañana una patrulla fronteriza informó que la niña había fallecido en la madrugada”.

Nery Gilberto Caal se encuentra “muy afectado”, según contó a EL PAÍS. Tras el fallecimiento de su hija, volvió a la estación de Lordsburg. Cuenta que los agentes le dejaron solo en una habitación, separado del resto, y estuvieron muy atentos con él preguntándole cada poco si necesitaba algo.

El lunes 10, lo dejaron en libertad, monitorizado, por razones humanitarias. Ahora se encuentra en un albergue para inmigrantes en El Paso.