¿Quién es Alejandro Giammattei, el nuevo presidente de Guatemala?

Giammattei sufre de esclerosis múltiple y ha luchado 20 años por llegar a la Presidencia de Guatemala

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Aljandro Giammattei declaró su victoria en la segunda vuelta electoral en Guatemala. Foto/ AFP

Por EFE

2020-01-13 11:54:04

Alejandro Giammattei lleva 20 años intentando obtener un cargo público por elección. El médico y cirujano retirado finalmente cumplirá este martes su anhelo con el puesto más alto posible, la Presidencia de Guatemala, la que le hizo dar literalmente varias decenas de vueltas al país centroamericano en una eterna campaña electoral.

El mandatario electo será investido el 14 de enero, a las 14.00 hora local, fecha y hora en la que habitualmente se hace el cambio de mando de un nuevo presidente y de autoridades en Guatemala cada cuatro años. Para Giammattei será la primera vez en dos décadas, desde que se tiró al ruedo político en 1999, que podrá despertarse un 14 de enero y decir finalmente misión cumplida.

El nuevo presidente, quien también posee pasaporte italiano por uno de sus abuelos, ha estado vinculado al servicio público desde la década de 1980 con varios puestos, incluido el de director del Sistema Penitenciario, el que le provocó diez meses de prisión preventiva y el más obscuro episodio de su hoja de vida.

Giammattei, padre de tres hijos tras un matrimonio ya finalizado con Rosana Cáceres, fue electo como mandatario en los comicios de 2019 con la agrupación política Vamos tras superar en dos vueltas a la ex primera dama Sandra Torres Casanova (2008-2011).

La Presidencia del país centroamericano le llega sin promesas electorales de peso para conquistar a la población, más allá de haber puesto sobre la mesa varias ideas con respecto a un tren de alta velocidad, infraesctructura, un oleoducto, mano dura contra la delincuencia y una mayor apertura a inversión extranjera.

SERVIDOR PÚBLICO
El político de 63 años nació el 9 de marzo de 1956 en la ciudad de Guatemala y se graduó como bachiller en Ciencias y Letras del colegio privado Liceo Guatemala, el mismo que educó a otros tres presidentes: Jorge Serrano Elías (1991-1993), Álvaro Arzú Irigoyen (1996-2000) y Álvaro Colom Caballeros (2008-2012).

Posteriormente, Giammattei Falla se tituló como médico y cirujano de la Universidad de San Carlos de Guatemala (estatal), aunque no ejerció como tal por mucho tiempo pese a ser uno de sus sueños de la infancia, al igual que pertenecer al cuerpo de bomberos, objetivo cumplido en su juventud.

Giammattei se desempeñó en las elecciones generales de 1985 y 1990 como coordinador general de los procesos electorales del Tribunal Supremo Electoral y la década de 1980 también lo encontró como director del Departamento de Transportes Públicos de la Municipalidad de Guatemala y segundo comandante del cuerpo de Bomberos Municipales, además de laborar para la Organización Mundial de la Salud.

De acuerdo a su propia biografía, su “interés” y “compromiso por el bienestar social del país” le fue “inculcado en su hogar y se fortaleció durante la época en que atendía los campamentos de desplazados y refugiados en el triángulo Ixil” a “principios de los años 80 durante el conflicto armado interno”.

Ya en 1991, Giammattei, quien sufre desde hace más de cuarenta años de una esclerosis múltiple que lo obliga a llevar muletas, trabajó como gerente de la Empresa Municipal de Agua y en 1993 fue secretario privado de la Vicepresidencia de Arturo Herbruger Asturias, quien lo había tenido bajo su mando en el Tribunal Supremo Electoral.

AL RUEDO POLÍTICO
Católico desde la infancia, Giammattei se lanzó por primera vez en busca de un cargo público por elección en los comicios de 1999, como candidato a alcalde de la ciudad de Guatemala por la agrupación política Unidad Nacionalista.

En 2003 intentó nuevamente sin éxito la misma proeza para convertirse en alcalde, esta vez con el partido político Democracia Cristiana Guatemalteca .

Dos años después, en 2005, fue designado como director del Sistema Penitenciario guatemalteco por el presidente en aquel momento, Óscar Berger Perdomo (2004-2008).

Fue al mando de las cárceles en Guatemala cuando vivió probablemente el capítulo más negro de su hoja de vida. El 25 de septiembre de 2006, aproximadamente 3.000 policías y militares entraron a la granja penal Pavón para recuperar el poder del centro penitenciario más grande y peligroso del país, en manos de los reos.

La operación, denominada “Pavo Real”, se saldó con siete reclusos asesinados y el caso fue procesado judicialmente en 2010 por el Ministerio Público y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).

Giammattei se refugió en la embajada de Honduras en Guatemala y pidió asilo, pero luego se entregó a la justicia y se declaró “preso político”. Pasó más de diez meses en prisión y quedó en libertad sin cargos. Por el mismo caso fue condenado a 15 años de cárcel en Suiza el director de la Policía Nacional Civil (PNC) al momento de ejecutar el plan “Pavo Real”, Erwin Sperisen, quien tiene la ciudadanía del país europeo.

Años más tarde, el médico retirado contaría su enfado con la CICIG y el gobierno de Álvaro Colom Caballeros (exesposo de Sandra Torres), en su libro “Relato de una injusticia, caso Giammattei) publicado en 2012.

Independientemente de la operación “Pavo Real” y el proceso judicial, Giammattei pudo participar en las elecciones presidenciales de 2007 y 2011 con los partidos políticos Gana y Casa. En la primera contienda electoral quedó en el tercer puesto (por debajo de Álvaro Colom y Otto Pérez Molina) y en su segunda experiencia como candidato cayó hasta el noveno escalón.

Su tercera candidatura presidencial, en 2015, con el partido político Fuerza, lo devolvió al cuarto lugar de las votaciones con alrededor de 400.000 sufragios a su favor, una cifra más que modesta solamente por detrás de Manuel Baldizón, Sandra Torres y Jimmy Morales, quien finalmente ganaría los comicios.

Desde 2016, el político de centroderecha volvió a emprender su campaña electoral, la misma que ya había ejecutado en tres ocasiones anteriores y que empezaba a parecer eterna, pero que le permitió viajar por muchos rincones del país centroamericano para conocer su realidad. Irónicamente, esa es también la principal crítica a su figura, pues algunos sectores de la sociedad se cuestionan sobre quién ha financiado sus campañas y de qué vive.

Cuatro elecciones y veinte años después de aquel lejano 1999, el médico y cirujano retirado que le ha dado la vuelta al país docenas de veces vía terrestre en campaña electoral podrá cumplir su meta un 14 de enero.