La historia de la bebé estremeció al mundo después que circularan fotos donde se veía como unos militares estadounidenses la tomaban mientras era casi lanzada sobre un alambre de púas en el aeropuerto de Kabul.
Han pasado 40 días desde ese suceso y ahora podemos saber más detalles al respecto. Su nombre es Liya y tiene 8 semanas. El padre de la bebé se llama Hameed, él llevaba viviendo en el aeropuerto donde trabajaba como intérprete para los marines estadounidenses en las tareas de evacuación. No había podido presenciar el nacimiento de su hija, 16 días antes.
Cuando los talibanes se impusieron en el poder, Hameed sabía que al trabajar para los estadounidenses corría peligro, ya que se había enterado que estaban asesinando o desapareciendo personas por la afiliación al ejército estadounidense.
“Lo único que pensé es en que era un marine y que mi hija estaría bien”, contó a CBS Hameed, que había trabajado con las tropas estadounidenses durante cinco años.
La madre de la bebé, Sadia, se apresuró a llegar al aeropuerto de Kabul con sus pertenencias, pero en el puesto de control cercano, los talibanes les robaron sus documentos y pertenencias, así como el efectivo que cargaban.
En medio del caos, Hameed vio a su familia desde el otro lado de la valla y observó durante horas cómo intentaban pasar la puerta. Sabía que no lo conseguirían. “La bebé moriría aplastada, lo sabía”, contó. Desesperado, suplicó ayuda para salvar a su bebé a un militar estadounidense que estaba en un vehículo a lo largo de la valla con alambre.
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“Me dijo que lo único que podía hacer era levantarla por encima de la alambrada, pero que podría lastimarse. Le dije que me arriesgaría. Prefiero que se haga daño a que muera”, dijo.
El marine levantó a la bebé por encima de la barrera, sostuvo a su hija durante dos minutos y luego se la entregó a un soldado para que la pusiera a salvo. Su esposa también estaba en apuros se había desplomado de agotamiento antes de llegar a la puerta del aeropuerto. Con horas de retraso, Sadia pudo pasar por la puerta y la familia se reunió mientras se preparaba para su vuelo de evacuación.
La familia vive actualmente en Phoenix, donde agradecen al marine por haberlos ayudado a salvar a la hija.