Eufemia García ha vivido 270 días llenos de angustia, tristeza, humillaciones. Ella ha dedicado las últimas 6,480 horas de su vida a la búsqueda de sus familiares, quienes quedaron entre las cenizas y escombros de la erupción del Volcán de Fuego, en Guatemala.
Eufemia perdió a 50 de sus familiares el 3 de junio del año pasado, los únicos que sobrevivieron a la tragedia fue ella, su pareja sentimental y uno de sus hijos. Hasta la fecha, solo ha encontrado los cadáveres de 32 de sus seres queridos, según publicación de Soy502.
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“Perdí a mi mamá, a mis hijos, nietos y sobrinos… todos (…) Logramos rescatar a 38, sus cuerpos todavía estaban enteros. Nadie del Gobierno nos ayudó, yo con mis propias manos y con el apoyo de algunas almas caritativas de otros países se logró el rescate de los restos”, dijo al medio guatemalteco.
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La familia de Eufemia vivía en San Miguel Los Lotes, conocido como Zona Cero porque fue de las áreas más afectadas por la erupción del volcán Fuego. El lugar ahora parece un pueblo fantasma, lo único que está en pie es una casita hecha de láminas, ahí vive Eufemia y su familia.
Después de la erupción estuvo unos días en un albergue, pero asegura que los sacaron de ahí. Sin tener adonde ir la única opción que tenían era dormir en las bancas de un parque y concentrar todos sus esfuerzos en buscar a sus familiares.
Maltratos y humillaciones
Durante los primeros diez días, las autoridades llevaron maquinaria para remover los escombros y rescatar los restos de las personas que quedaron soterradas ahí, pero después le negaron la ayuda de la maquinaria gratuita. Sin embargo, ella no dejó de trabajar día y noche en la remoción de escombros, su caso fue conocido a nivel internacional y la desesperación por encontrar a sus familiares la llevó a recibir ayuda internacional, con el dinero que recibía, empezó a contratar maquinaria privada.
“Pagábamos 1,250 quetzales ($1,250) por día a las máquinas, encontráramos o no restos de nuestra familia. Yo iba juntando todo lo que recibía y cuando tenía lo suficiente, contrataba a la máquina”, contó.