La colombiana Beatriz Helena Rodríguez Renfigo cuenta su historia de tortura. El dolor y el infierno que vivió en un prostíbulo durante 22 años de su vida.
Cuando tenía solo 14 años su madre la llevó a un burdel y la abandonó ahí, tras darse cuenta de que su hija había perdido su virginidad.
“Mi madre consideraba que no podía entregarle a la sociedad a una mujer, una niña, que no estuviera casada, y a mí no me podía entregar casada porque yo ya estaba ‘brinconeando'”, contó Rodríguez a BBC Mundo.
Al preguntarle qué es lo peor de ser prostituta, Rodríguez dice que “todo”, lo califica como una “tortura permanente, las 24 horas del día, siete días a la semana, embarazada, con el periodo, enferma, de post parto”.
Durante los más de 20 años que fue prostituida, pasando de un burdel a otro, tuvo tres hijos a los que crió dentro de ese mundo de tortura. “A los 16 tuve a mi muchachita, a los 20 tuve el muchachito y a los 24 tuve a la última. Obviamente, no sé quiénes son sus padres”, comentó.