El Papa pide a los jóvenes “ser un “influencer” al estilo de la virgen María

El mensaje del Sumo Pontífice, durante la vigilia, destacó el valor de la comunidad y la familia; también les pidió “no tener miedo de recibir la vida como viene, abrazar la vida”.

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Por Cristian Díaz / Enrique Carranza

2019-01-26 7:27:13

Primero el Papa Francisco les dice a los jóvenes que “no quiere una iglesia más cool (o divertida para atraer más jóvenes”. Ayer les reta a que sean “influencer al estilo de María”.

“Sin lugar a dudas la joven de Nazaret no salía en las “redes sociales” de la época, no era una “influencer”, pero sin quererlo ni buscarlo se volvió la mujer que más influenció en la historia. María, la “influencer” de Dios. Con pocas palabras se animó a decir “sí” y a confiar en el amor y en las promesas de Dios, única fuerza capaz de hacer nuevas todas las cosas”, dijo Francisco a los peregrinos.

Luego los exhortó a seguir ese ejemplo. “ Ser un “influencer” en el siglo XXI es ser custodios de todo aquello que impide que nuestra vida se vuelva gaseosa, se evapore en la nada. Sean custodios de todo aquello que nos permita sentirnos parte los unos de los otros”, dijo el Sumo Pontífice a una multitud que le escuchaba atenta durante la vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud. También les invitó abrazar la vida y destacó la importancia que tiene la familia y la comunidad.

“Sin educación es difícil soñar futuro, sin trabajo es muy difícil soñar futuro, sin familia y comunidad es casi imposible soñar futuro. Porque soñar el futuro es aprender a responder no solo para qué vivo, sino para quién vivo, para quién vale la pena gastar la vida”, expresó Su Santidad, durante la vigilia, en el campo San Juan Pablo II.

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A los peregrinos salvadoreños los mensajes del Sumo Pontífice, unido a las referencias que se han hecho de monseñor Óscar Romero, durante las actividades, les hace tener un doble compromiso, de acuerdo con lo expresado por algunos de los asistentes.

“Las personas cuando ven a un salvadoreño dicen ‘Monseñor Romero’; por él nos conoce la mayoría de la gente. Y uno cómo no se va a sentir orgulloso de ser salvadoreño si tenemos a nuestro santo. Nosotros sentimos una alegría grande; es una gran bendición que nosotros mismos tengamos un santo. La verdad es una bendición enorme que el Señor nos ha dado”, dijo Cristina Salguero originaria de Ahuachapán.

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Los peregrinos salvadoreños han puesto atención a cada palabra pronunciada por el Papa Francisco, durante su intervención en el JMJ, en la capital panameña.

En cada ocasión que monseñor Romero es mencionado en la Jornada, los salvadoreños, principalmente, levantan la bandera del país que suelen portar y gritan, como muestra de la emotividad que el líder espiritual también está presente en la actividad.

Susana Galicia Pimentel, también parte del grupo, expresó que a los salvadoreños ya no sólo los relacionan por la situación social que se vive en el país; sino también por tener a un santo.

“Ahora nos dicen que somos de donde es monseñor Romero; entonces le está dando una imagen positiva al país porque nos están conociendo por eso, por algo bueno. Cuando vamos en la calle, la gente nos dicen ‘¿de dónde son?, cuando les decimos de El Salvador, ya nos dicen ‘de San Romero’. El día de la bienvenida del Papa, pusieron un pequeño audio de una homilía de monseñor y la imagen de él; nosotros empezamos a gritar, emocionados”, relató la joven.

Los ahuachapanecos participaron ayer en la Vigilia con los Jóvenes que estaba programada para las 6:30 de la tarde, hora de Panamá; sin embargo, para tomar un buen puesto, llegaron 11 horas antes.

El fuerte sol y cargar las 7 libras del paquete de alimentos fue parte de su peregrinaje ayer por Panamá.

En catedral de Panamá
La mañana del sábado, Francisco consagró el altar principal de la catedral panameña.

Durante la misa, el Papa frotó aceite sagrado y colocó reliquias de varios santos, entre ellos el salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, en un orificio del altar después de besarlos. La catedral-basílica Santa María La Antigua, fue consagrada originalmente en el Siglo XVIII.