En una jornada electoral de suma importancia para el futuro de los Estados Unidos, la proyección de cierre es que el Partido Demócrata retomaría el control de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos. Este partido ha sido minoría legislativa desde las elecciones de medio término de 2010, cuando aún gobernaba Barack Obama.
Al cierre de esta nota, los principales medios de comunicación estadounidenses indicaban que había una clara tendencia de los demócratas que recuperar el control de esta rama del Legislativo.
De los 435 escaños en disputa, antes de la elección se perfilaba que había 80 muy apretados. Para obtener mayoría legislativa, los demócratas solo debían ganar 23 de estos y hacerse de las 218 plazas necesarias.
Según el sitio de estadísticas FiveThirtyEight.com, los demócratas tenían 89.8% de probabilidades de retomar la Cámara de Representantes. NBC daba un 80% de probabilidad de que el partido de oposición ganara incluso más de los 23 escaños.
De la misma forma, medios como Fox News, que ha sido cercano a la presidencia y uno de los más vistos por Donald Trump, proyectaron una alta probabilidad de que los Demócratas ganaran esta Cámara.
Al tiempo que estas proyecciones arribaban, la Casa Blanca empezaba a prepararse para los resultados. De hecho, en un encuentro con periodistas, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah H. Sanders, afirmó que “el presidente (Donald) Trump está listo a trabajar con ambos bandos del Congreso para lograr resultados”. Asimismo, afirmó que la agenda del presidente no cambiará si no tiene una mayoría en la Cámara de Representantes.
Esto, sin embargo, luce complicado. Esta cámara es una de las dos que existen en el Legislativo de ese país y es fundamental para aprobar leyes y asignar recursos.
Además, puede iniciar un proceso de “impeachment” al presidente, algo que no sería descabellado considerando que los Demócratas han acusado a Trump de faltar a la ética, de mentir y de tener tratos oscuros con Estados adversarios, como Rusia.
Otro tema que puede vislumbrarse con una Cámara opositora es la posibilidad de una reforma migratoria. Por ejemplo, con sus poderes sobre aspectos presupuestarios, esta Cámara puede bloquear los intentos del presidente de financiar el muro fronterizo.
Asimismo, de retomar el control de esta rama del Legislativo, podrían iniciar una comisión para indagar quién y cómo ha estado detrás de políticas como la separación de familias de inmigrantes irregulares en la frontera sur del país, algo que ha provocado condenas internacionales.
Otros temas clave son la política fiscal y los recortes de impuestos, una reforma de salud y el control de posesión de armas de fuego.
Republicanos controlarían el Senado
Pese a la posible victoria demócrata en la Cámara de Representantes, el partido Republicano se proyecta como el ganador del Senado. Al cierre de esta nota, el partido de Trump alcanzaba un total de 50 escaños de cien posibles.
Esto le garantiza mayoría, pues en caso de un empate, el vicepresidente de Estados Unidos tiene la facultad de emitir un voto para evitar estancamientos.
El Senado es fundamental para Trump pues le permite controlar nombramientos importantes, como miembros de su gabinete, además de jugar un rol importante en el proceso de legislación.
¿Qué significan estos resultados para Trump?
Estas elecciones fueron analizadas como un “referéndum” sobre la presidencia de Trump (ver nota en página 22). Esto le permite a los Republicanos analizar qué tipo de apoyo sigue teniendo el presidente y sus políticas, especialmente de cara a las elecciones presidenciales de 2020. De estos resultados puede depender que el presidente obtenga incluso la nominación para buscar la reelección por su partido.