La Fiscalía nipona imputó hoy por asesinato al joven japonés que mató y desmembró a nueve personas en su piso al sur de Tokio a finales de 2017, tras determinar que se encuentra en plenas facultades mentales y por ello es criminalmente responsable.
La imputación, recogida por la agencia de noticias Kyodo, llega tras cinco meses de pruebas psiquiátricas a Takahiro Shiraishi, de 27 años, quien admitió haber matado y descuartizado a ocho mujeres y un varón, de entre 15 y 26 años, entre agosto y octubre de 2017 en su apartamento de Zama, en la prefectura de Kanagawa.
El acusado contactó a través de Twitter con las mujeres después de que estas manifestaran en la red social su intención de suicidarse y las atrajo a su vivienda ofreciéndoles ayuda para morir.
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El único varón era la pareja de una de las víctimas, quien se puso en contacto con él tras la desaparición de su novia.
Los asesinatos salieron a la luz en octubre de 2017, cuando la policía encontró los restos humanos dentro de cajas y neveras portátiles en la vivienda de Shiraishi mientras investigaba la desaparición de una mujer de 23 años de Tokio, cuyo cadáver estaba entre los restos hallados.
En el lugar encontraron cerca de 240 huesos, las cabezas, miembros y restos de las víctimas. Cuando fue capturado, el imputado aseguró que “no podría tirar (los cuerpos) por temor a ser atrapado. Aseguró que cuando empezó a asesinar a las personas le llevaba tres días descuartizarlos, pero después de la segunda víctima “no tardaba más de un día”.
Según las investigaciones, Shiraishi desmembró los cuerpos en la bañera de su apartamento, tiró algunos restos a la basura y es posible que haya utilizado una sierra para mutilar los cadáveres.
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El robo de dinero fue una de las razones que motivaron los asesinatos, en una ocasión se hizo por 4,500 dólares. También engañó a algunas de las mujeres con el propósito de abusar sexualmente de ellas, según los detalles del caso recogidos por los medios nacionales.
La fiscalía japonesa decidió someter a Shiraishi a un examen psiquiátrico antes de acusarlo formalmente, dado que se espera que su estado mental en el momento de cometer los delitos sea uno de los puntos centrales del juicio, indicaron fuentes de la investigación.