Jueces supremos envían a la cárcel al expresidente Lula por corrupción

El expresidente de Brasil estaba a un voto de ir a prisión para cumplir una condena de 12 años por corrupción. De 11 magistrados, 6 votaron a favor de que vaya preso y cinco en contra

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elsalvador.com

Por Agencias

2018-04-04 9:39:36

Seis de los 11 jueces del máximo tribunal de Brasil decidieron, anoche, que el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva vaya a la cárcel para cumplir su condena de 12 años por corrupción.

Los magistrados rechazaron una solicitud del exmandatario para no ingresar a la cárcel mientras apela la sentencia.

El fallo judicial es crucial ante las elecciones presidenciales de octubre, ya que Lula encabeza las encuestas electorales a pesar de su condena y de varias acusaciones de corrupción adicionales que esperan juicio.

La decisión del Supremo Tribunal Federal, de permitir que una corte de menor instancia obligue al exlíder a comenzar a cumplir su sentencia, podría arruinar su candidatura y generar protestas en un momento de tensiones elevadas en el país más grande de Latinoamérica.

 

 

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Tras casi ocho horas de debate, seis jueces votaron contra Lula y cinco a favor. El voto de desempate estuvo a cargo de la presidenta del tribunal supremo, Cármen Lúcia.

El juez Gilmar Mendes, quien votó en favor de la petición de Lula de no ingresar a prisión, argumentó que la corte no podía tomar decisiones con base en la opinión pública. “Si una corte cede (ante la presión), bien podría no existir”, dijo Mendes.

Pero el juez Luis Roberto Barros argumentó que la integridad del sistema judicial está en juego. “Un sistema penal que no trabaja con una efectividad mínima favorece el desarrollo del instinto de hacerse justicia por propia mano”, afirmó Barros, quien votó contra la petición.

La jueza Rosa Weber, que según analistas legales podría ser crucial porque hay muchas dudas en torno a su posición frente al asunto, votó contra Lula.

En la víspera de la sesión del tribunal, el general Eduardo Villas Boas publicó dos tuits que muchos interpretaron como una forma de presionar a los 11 jueces del Supremo Tribunal Federal y una amenaza velada de intervención. Dichas preocupaciones son tomadas en serio en un país que tuvo una dictadura militar de 1964 a 1985.

 

 

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“En la situación actual de Brasil, vale la pena preguntar a nuestras instituciones y a la gente quién está realmente pensando en lo que es mejor para el país y las generaciones futuras, y a quién sólo le preocupa su interés personal”, escribió en un tuit. En el otro, Villas Boas dijo que compartía la ansiedad de la gente y “repudiaba la impunidad”.

En un editorial publicado ayer, el influyente diario O Globo dijo que un jefe militar “no debe opinar sobre asuntos judiciales y políticos”.

Foto EFE

En una declaración dirigida a O Globo, el general Joaquim Silva e Luna, ministro de Defensa, dijo que la intención de Villas Boas era asegurarle a la gente que no se recurriría a la fuerza.

Lula, que gozó de una inmensa popularidad tras dos mandatos al frente del país entre 2003 y 2010, se ha convertido en un personaje polémico en medio de un escándalo de corrupción que ha sacudido a Brasil en los últimos años.

El exmandatario fue declarado culpable el año pasado por ayudar a una empresa constructora a lograr contratos a cambio de la promesa de que recibiría un apartamento en la playa. El encargado de dictar la sentencia fue el juez Sergio Moro, responsable de los casos derivados de la Operación Autolavado, el mayor escándalo de corrupción en la historia de Brasil. Muchos consideran a Moro un héroe, mientras que sus detractores lo acusan de ser partidista.

Lula siempre ha defendido su inocencia y ha argumentado que este caso, como otros cargos de corrupción pendientes de juicio, son intentos para mantenerlo fuera de la carrera presidencial.

Sin embargo, Lula recibió un revés en enero, cuando una corte de Apelaciones ratificó la condena relativa al apartamento en la costa. Los tres magistrados que revisaron el caso ampliaron incluso la sentencia a 12 años y un mes.

Aunque el exmandatario puede presentar más recursos, la ley brasileña podría obligarlo a empezar a cumplir su pena, como han ordenado Moro y los otros magistrados, pero los abogados de Lula sostienen que tiene el derecho de permanecer en libertad hasta agotar todas las apelaciones.