“Vemos que la población de las comunidades del área metropolitana de San Salvador está viendo su salud afectada no solo por la pandemia, sino por las descompensaciones en enfermedades, algunas ligadas a la suspensión de servicios de atención primaria en hospitales y unidades de salud”, dice Luis Romero, Coordinador de Proyectos de Médicos sin Fronteras en El Salvador.
Médicos sin Fronteras atiende a las comunidades: Reparto Campanera, Colonia las Margaritas, Comunidad 22 de abril, Comunidad 1 de diciembre en Soyapango y Comunidad Concepción en San Salvador. Entre las atenciones que brindan destacan el servicio pre hospitalario de ambulancias que cubre Soyapango e Ilopango y que desde este año fue ampliado para apoyar al Ministerio de Salud y a la población y ahora atiende a Tonacatepeque, San Martín y Ciudad Delgado.
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Víctor Valle, presidente de la comunidad 1 de Diciembre, declaró a la agencia de noticias AFP que el personal médico del Ministerio de Salud no llega a su comunidad, donde viven niños, ancianos y embarazadas que necesitan atención, porque “tienen temor” de entrar.
“Hay mucho estigma en las comunidades pobres en el área donde trabajamos. En el contexto de la pandemia, esto implica una doble afectación” afirma Romero y asegura que hasta este momento ellos no han tenido inconvenientes para ingresar a las comunidades e incluso han facilitado el acceso a personal de unidades de salud para que ellos realicen sus actividades.
“Estamos en una situación de emergencia en nuestra comunidad porque sí ha entrado el covid”, lamentó Valle.
Las afecciones cutáneas son la principal consulta en las brigadas realizadas por Médicos sin Fronteras, seguida por las infecciones en las vías respiratorias altas y las afecciones ginecológicas.
La asistencia de MSF comenzó a acudir a la comunidad porque las ambulancias del sistema público demoraban de 24 a 72 horas en atender una llamada y en ese período “un paciente con problemas clínicos llega a morir”, declaró a la AFP el médico Boris Erazo, de MSF.
Rina Flores, paramédica de MSF, estimó que entre 70% y 80% de los casos que atienden son de pacientes catalogados como “sospechosos” de covid-19.
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Una de las preocupaciones más grandes para los habitantes de estas comunidades, además de la delincuencia, es la salud. Aseguran que la presencia estatal se limita a la entrega esporádica de víveres y demandan una mejor atención en salud.
“La gente tiene incertidumbre, desesperanza y mucho temor. Tienen miedo no solo a contagiarse de coronavirus o a que su situación se complique por COVID19, sino a tener descompensaciones de enfermedades crónicas y que estas se agraven”, dice Luis Romero, Coordinador de Proyectos de Médicos sin Fronteras
Temor a la discriminación
En las zonas donde se desplaza MSF, la población tiene temor a expresar que contrajo el coronavirus por miedo a la discriminación por parte de sus vecinos.
“En muchas de las zonas donde nosotros nos abocamos, las personas tienen miedo a expresar su sintomatología por el rechazo que muchas veces se ve hacia las personas que tienen la enfermedad”, declaró a la AFP la doctora Wendy Requeno, de 29 años, quien trabaja con MSF hace seis años.
“La salud es uno de los derechos universales que no se le puede negar a nadie, independientemente de la característica que tenga el paciente”, enfatizó Requeno.