La energía verde: el único camino hacia el desarrollo sostenible

La planta de energía eólica Jiuquan, Gansu, es el mayor parque eólico del mundo.

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Foto EDH / Cortesía

Por Gente y Empresa

2019-06-12 9:18:59

China, la segunda economía más grande del mundo, ha pasado de la etapa de crecimiento económico acelerado a la de un desarrollo de alta calidad. Este escenario vuelve urgente la búsqueda de mecanismos para perseverar en la nueva concepción del desarrollo, en el cambio de las características del desarrollo, la optimización de la estructura económica y la transformación de la fuerza motriz del crecimiento.

El desarrollo impulsado por la innovación, que sea ecológico y bajo en utilización de carbono, constituye una medida decisiva para materializar el objetivo planteado y promover el desarrollo económico y social sostenible.

En 2016, el gobierno chino formuló un plan de desarrollo energético estableciéndose una meta cinco años, conociendo que para el 2020, la proporción del consumo de energía no procedente de combustibles fósiles aumentará a más del 15 % del total, y la proporción del consumo de carbón caerá por debajo del 58 %.

La capacidad instalada de generación de energía renovable alcanzará los 680 millones de kilovatios y su rendimiento llegará a 1.9 billones de kWh, representando el 27 % del total mundial.

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En 2020, la energía renovable reemplazará a la energía fósil equivalente a unos 150 millones de toneladas de carbón estándar usada en calefacción y en otros usos domésticos. El consumo de energía por unidad del Producto Interno Bruto (PIB) se reducirá en un 15 % en comparación con 2015, mientras las emisiones de dióxido de carbono por unidad de PIB, en un 18 %.

En 2018, la capacidad instalada de energía limpia de China alcanzó los 706 millones de kilovatios con aumento interanual del 12%, destacándose las energías eólica y fotovoltaica.

La generación de energía eólica del gigante asiático alcanzó 269.5 billones de kWh en el 2017, casi 6.3 veces de la conseguida en 2010, mientras que su capacidad instalada ocupa el primer lugar en el mundo, representando el
34.94 % del total.

Se espera que para el 2050 la capacidad total instalada de generación de energía eólica de China alcance los 30 billones de kilovatios, lo que representará el 80% del consumo total de energía del país.

Respecto a la energía fotovoltaica, en 2017 la capacidad instalada de generación de esta energía superó los 163.67 millones de kilovatios, con un aumento de 500 veces con respecto a la cifra registrada en 2010.

Se prevé que para 2023 la capacidad instalada acumulativa de la energía fotovoltaica en China superará los 230 millones de kilovatios. La generación de energía fotovoltaica no sólo contribuye a la reducción de emisiones de carbono sino también a la disminución de la pobreza.

El gobierno ayudó a instalar dispositivos de generación de energía fotovoltaica en hogares pobres con buenas condiciones de iluminación solar, satisfaciendo la demanda de electricidad de estos hogares, lo que al mismo tiempo generó un ingreso adicional con la venta de electricidad a la red nacional.

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China también implementa vigorosamente el plan de promoción de vehículos de nueva energía y ha establecido como objetivo la producción y venta de 5 millones de este tipo de vehículos en todo el país en 2020.

El número de vehículos registrados de nueva energía en China alcanzó los 2.61 millones en 2018, lo que representó un aumento interanual del 70 %. Para 2030, en la provincia Hainan se dejará de vender vehículos que utilicen combustibles fósiles.

A fines de 2018, más de un tercio de los autobuses de China eran vehículos eléctricos, y en ciudades como Shenzhen y Zhengzhou la cifra ya superó el 95 %. Los autobuses eléctricos de BYD, Yutong y otras marcas chinas se venden a todos los continentes del mundo, incluidos países latinoamericanos como Chile, Colombia, Ecuador y otros.

De cara al futuro, China continuará desempeñando un papel activo en el campo de la reducción de emisiones de carbono y en el desarrollo de energía limpia, y trabajará con otros miembros de la comunidad internacional para ayudar a otros países en desarrollo a lograr sus objetivos de reducción de emisiones y contribuir al desarrollo sostenible global.

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