Uno de los cuatro detenidos vinculados al homicidio del investigador de la División Élitecontra el Crimen Organizado (DECO) de la Policía, Francisco Noel Herrera Merlos, aseguró a la Policía que el principal sospechoso del homicidioactuó en legítima defensa porque la víctima los amenazaba con lanzarles una granada, supuestamente fragmentaria, según el informe policial sobre el hecho.
Daniel Isaac Castillo Recinos, uno de los detenidos, relató a los investigadores que él departía junto a la víctima. También se encontraban el policía, Manuel de Jesús Valenzuela Lima, y Carlos Eliézer Ramírez Aguilar, este último hermano del inspector López Aguilar. Castillo Recinos dijo ser primo del oficial detenido.
El hecho se produjo en una casa situada en el pasaje Aguilar, en el sector de El Carmen, colonia Escalón de San Salvador.
Castillo Recinos aseguró que de repente la víctima comenzó a discutir de forma acalorada con ellos, porque alegaba de que ellos lo querían entregar al “sistema”, intentó agredirlos y los amenazaba con su pistola.
A raíz de su conducta agresiva, entonces los tres decidieron amarrarlo con un hule, mientras le pasaba los efectos del alcohol.
Más tarde, al verlo que aparentemente se había calmado decidieron soltarlo, pero le advirtieron de que mejor se fuera a dormir. Herrera Merlos entró a su habitación. Pero minutos después salió con una granada en la mano y les gritaba de que se iban a morir todos por “quererlo entregar al sistema”. La granada que aparece a la par del brazo de Herrera Merlos en una foto difundida tras este crimen, es una granada de humo de las que los policías utilizan para disolver manifestaciones.
Relató que todos lo trataban de calmarlo y le dijeron que “no pasaría nada malo”. Como la víctima no soltaba la granada, Valenzuela Lima “le realiza un disparo en la sien, aludiendo legítima defensa”, relató Castillo Recinos a los policías que llegaron a la escena del crimen.