Un indicador importante para evaluar la dinámica de una epidemia es la tasa de duplicación: ¿cuántos días se necesitan para doblar la cifra de casos nuevos? Entre más elevado sea este valor, más lento se expande el SARS-CoV-2.
Según la capacidad de cada sistema de salud, una tasa de duplicación por debajo de 15 días es crítica, en cambio una duplicación arriba de 25 días es controlable. Depende de la saturación del sistema.
Este valor es especialmente importante en las primeras semanas de la epidemia, cuando el crecimiento local es exponencial. A medida la pandemia se controla y la tasa de duplicación aumenta, este valor pierde significado epidemiológico. En este momento, cuando la expansión se vuelve más lenta, el número de casos nuevos diarios así como también el número reproductivo básico (R0) cobran relevancia. El R0 es un tema que debe ser abordado por los epidemiólogos locales.
En base a este análisis he propuesto una curva en la línea del tiempo que he llamado “curva de cuarentena controlada”. Sobre el eje de las “Y” se visualizan dos mediciones: a la izquierda el número de casos nuevos diarios y a la derecha la tasa de duplicación. El eje de la “X” es la línea del tiempo en semanas calendario.
Si a esta tabla se le agrega el R0 y el registro nacional de camas UCI diarias disponibles, tendremos una información valiosa para que las autoridades locales de cada país tomen decisiones técnicas que justifiquen entrar o salir de una cuarentena. Con estos criterios será fácil que todos nos pongamos de acuerdo si es necesario o no el aislamiento domiciliar obligado.
Por otro lado, es importante identificar a los grupos de riesgo. Con el pequeño número de casos positivos y la mortalidad registrados en El Salvador, podemos decir que los grupos poblacionales que más sufren son similares al resto del mundo: mayores de 60 años, inmunosuprimidos, hipertensos, diabéticos, entre otros. En nuestro país se presenta en este momento una excepción: el grupo etario 0-9 años tiene una alta mortalidad. Creo que esto se debe a que estamos en una fase inicial. Las estadísticas tenderán a estabilizarse a medida pasa el tiempo y aumente la cantidad de infectados.
Al saber qué grupos poblacionales sufren, se puede dirigir la cuarentena a este conjunto de personas y permitir actividades laborales a otros sin factores de riesgo. Así, desde el punto de vista de salud pública, se puede crear un sistema de entrada y salida de la cuarentena según la dinámica del momento. Estas decisiones serían responsables, sin olvidar las medidas básicas de prevención que todos conocemos: lavado de manos, higiene respiratoria, distanciamiento de 2 metros entre interlocutores, así como el uso de mascarillas.
Es importante recalcar que la perspectiva a largo plazo es inmunizar a la población (con o sin vacuna). A esto le llamamos “Inmunidad Colectiva”. Por lo cual un número alto de casos positivos no es necesariamente negativo, sino la capacidad del sistema de absorber a los casos complicados para evitar su muerte.
Finalmente, es importante identificar a los ciudadanos que ya superaron la enfermedad y han desarrollado anticuerpos protectores, ya que estos son los primeros que podrán incorporarse a las actividades económicas productivas. En este sentido, la OMS ya ha recomendado un carnet de identificación para personas inmunes.