La silla 1A de la Clase Ejecutiva del Boeing 787 Dreamliner está lista para que el Sumo Pontífice la ocupe, el próximo 27 de enero en su regreso de Panamá a Roma tras la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).
Aunque ahí se sentará uno de los personajes más importantes del mundo y el máximo representante de la Iglesia Católica, a petición del mismo Papa no habrá nada especial en ella.
La tripulación de Avianca le colocará un descansacabezas elaborado en exclusiva para él, pero no porque él lo requiera, sino en un intento de hacerle sentir lo importante que es para ellos el poder servirle.
Diez tripulantes de cabina han sido seleccionados para apoyar en este vuelo, además de un piloto y dos oficiales de vuelo.
Se espera que el avión con capacidada para 250 pasajeros, traslade a unos 140 viajeros, entre personal del Vaticano, seguridad, el médico personal del Pontífice y tripulantes de Avianca.
Algunos ya participaron en un vuelo papal anterior, cuando la aerolínea trasladó al sucesor de Pedro de Cartagena a Bogotá en 2017, como parte de un viaje oficial del Pontífice a esas ciudades, sin embargo, para otros será la primera vez.
“Es una responsabilidad enorme para Avianca que la Iglesia Católica haya pensado en nosotros, es el profesionalismo y la calidad humana que caracteriza nuestros servicios y la entera disposición de servir lo que nos ha premiado con esto”, comentó Alejandra Cardona, gerente de Relaciones Públicas de Avianca.
La emoción de los 10 tripulantes es inmensa, fueron notificados en octubre pasado y, desde entonces, algunos aseguran que no pueden ni dormir pensando en lo que le dirán al acercársele.
La mayoría tiene más de 20 años de trabajar para la aerolínea y para algunos, como Viviana Donado, será un regalo previo a su jubilación.
“No pude cerrar mejor mi trabajo con Avianca que con este vuelo, es un regalo inmenso a mi vida”, dijo esta auxiliar de vuelo que lleva 35 años en Avianca.
Otros, como Lina María Monsalve, la jefa de cabina, quien ya atendió al Papa antes, tampoco ocultan su emoción.
Ella lo describe como un hombre sencillo y amable, que habla despacio y que sube al avión cargando el mismo un pequeño maletín con sus cosas.
Ella estaba en el vuelo de 2017, en la visita oficial del Papa a Cartagena y Bogotá y asegura haber preparado un discurso para él, pero al acercarse no pudo más que quedarse en silencio. “Cuando mis ojos se cruzaron con los suyos, me congelé, sentí una profunda paz”, contó Lina.
Ella fue la encargada de servirle la cena y el desayuno, y asegura que además de que le temblaban las manos, la emoción era inmensa, tanto que al mirarlo se quedó por un segundo sin palabras.
Tanto Lina, como el resto de tripulantes de cabina, todas mujeres, han sido seleccionadas por su experiencia, sus años de trabajo y sobre todo, su espíritu de servicio; a ellas se suma el capitán de vuelo Álvaro Enrique Acero con 25 años trabajando para la compañía aérea y dos oficiales más, con similar experiencia.
EL DATO
Avianca sirve cuatro #destinos en Europa con la operación de cerca de #50 vuelos semanales entre Colombia y Europa, conectando Bogotá, Cali y Medellín con Madrid; Bogotá con #Barcelona y Londres; y Bogotá con Múnich, ofreciendo con toda esta red, conexiones hacia y desde toda Centroamérica y Panamá.