Doña Tita no soporta ver las fotografías de sus tres hijos enmarcadas y adornadas con flores. Se derrumba del dolor y se desmaya. Su hija corre por un té de manzanilla para bajarle la profunda tristeza que la tiene destrozada desde el 29 de enero, cuando sus tres hijos desaparecieron de los alrededores del Mercado Colón, en Santa Ana.
El viernes pasado la angustia de la apesadumbrada madre es variable entre tanta noticia que escucha sobre el caso. Desde ese día, vive con la esperanza que sus hijos sean los tres cadáveres que supuestamente están enterrados en la hacienda San Francisco del referido departamento.
Ayer en la mañana, los fiscales e investigadores de la Policía, liderados por el ingeniero forense Israel Ticas, comenzaron las tareas de excavación en las riberas de un río de la referida hacienda.
A las 5:00 de la tarde, la Fiscalía a través de su cuenta de Twitter, informó que se habían finalizado las excavaciones de los tres cadáveres en el cantón Cutumay Camones. Sin embargo, los fiscales ordenaron exámenes de ADN (sangre) para corroborar las identidades.
Cadáveres encontrados en finca serían de tres hermanos reportados como desaparecidos en Santa Ana
Las autoridades han encontrado más de un cadáver en estado de putrefacción en la hacienda San Francisco del Cantón Cutumay Camones, en Santa Ana
Parientes de Jaime Ernesto, de 22 años; Óscar Alejandro, de 24, y José Mario, de 27, todos de apellidos Salazar Serrano, acompañaron a los investigadores con el afán de realizar más rápido la identificación y el reconocimiento de los cadáveres.
En la colonia Cuzcachapa, situada en las afueras del municipio de Chalchuapa, en Santa Ana y de donde eran originarias las víctimas, los vecinos y familiares estaban acompañando a doña Tita y su familia en su modesta casa.
A pocos metros de la vivienda, en la casa comunal de la colonia, los empleados de la funeraria preparaban las cortinas, luces y adornos para realizar la vela de los jóvenes.
Mecánico, empleado y universitario
Los tres hermanos Salazar fueron educados en un hogar con mucha disciplina. No hubo vicios y vagancia, su padre era un hombre serio y su madre una vendedora en las calles y mercados de Santa Ana.
A todos les gustaba mucho la mecánica automotriz, pero solo Óscar Alejandro la realizaba para ganarse su salario y mantener a sus dos hijos. Un niño de 5 años,quien desde el día de la desaparición, no ha dejado de preguntar por su padre. Su otra hija, de quién la víctima estaba muy contenta, a penas cumplió siete meses hace dos semanas.
Jaime Ernesto estudiaba segundo año de la carrera de derecho en la Universidad de Santa Ana. José Mario tenía una niña de cinco años y trabajaba en una maquila de la zona, pero ayudaba en las tareas de mecánica con sus hermanos.
El día del hecho los hermanos regresaban de comprar repuestos cuando se estacionaron en a calle La Campiña porque su madre compraría unos vegetales. La señora regresó sus hijos no estaban y tampoco la camioneta.
Creyendo que sus hijos se había ido a casa por la demora, tomó un autobús y se regresó a la vivienda. Sin embargo, no estaban en casa. Después de varios minutos, parientes de los hermanos Salazar tomaron un vehículo y salieron a buscarlos.
Foto Drone/Marvin Romero
Después de movilizarse por varios minutos, tuvieron la suerte de ver la camioneta en una calle conocida como la 25. Los angustiados familiares siguieron el vehículo pero se les perdió de vista.
De inmediato corrieron donde a una patrulla de la PNC a pedir ayuda, pero no hubo mucha colaboración de parte de los agentes. Después, se presentaron a una delegación policial a denunciar la desaparición de las víctimas.
“Fue triste que nadie de los policías puso interés en ayudarnos. Creo que si hubieran desplazado policías en las calles los hubieran encontrado. Yo vi la camioneta y llevaba los vidrios arriba”, afirmó uno de los familiares.
Para llegar al lugar los asesinos pasaron frente a la delegación norte de Santa Ana. A una cuadra, ingresaron a una colonia atestada por pandilleros de la 18, sin embargo, los investigadores afirman que las víctimas estaban en terrenos dominados por la MS.
Familiares se preparan para velar a los tres jóvenes
Los siete desaparecidos del mercado colón
Vecinos de los jóvenes aseguran que en los últimos meses en las calles aledañas al Mecaro Colón en Santa Ana, los pandilleros de la MS raptan a sus víctimas. En total siete jóvenes han desaparecido en la zona. El caso más reciente sucedió en diciembre pasado, cuando dos jóvenes fueron arrebatados de los brazos de su madre mientras realizaba compras navideñas. Ambos provenían del cantón El Coco. Otras de las víctimas residían en el cantón Galeano.
Una de las víctimas sobrevivió a un ataque
Vecinos de la colonia Cuzcachapa recordaron que uno de los hermanos Salazar, sobrevivió a un ataque que realizaron desconocidos hace años. El joven reparaba un vehículo frente a su vivienda cuando varios sujetos asesinaron a uno de sus vecinos, en el hecho resultó con una herida en la pierna. Al parecer, los atacantes se confundieron y al percatarse del error huyeron.