Pintar tu hogar puede convertirse en una tarea que provoque cansancio y lleve tiempo, pero con la ayuda de “otras manos” los minutos pasan volando y el resultado te dejará más que satisfecho.
Es obvio que con la ayuda de otras personas, la tarea se finalizará más rápido. ¿Qué tal si logras que tu familia te eche una mano? ¿Por qué no? Pintar en familia puede dejar lecciones a todos los miembros de la casa, según explica Cindy Peterson, una maestra estadounidense de Educación Especial.
Rescatamos en este artículo algunas recomendaciones de Peterson:
Selecciona la pintura
Además de aprovechar el tiempo para pasar juntos, Peterson recomienda que dejes que tus hijos den su opinión sobre el color de la pintura, en particular si se pretende pintar un cuarto en el que ellos van a estar.
Asigna un rol
La actividad de pintar no solo con lleva cambiar de color una pared. Hay otras cosas previas que hay que hacer. Asigna tareas a cada miembro de la familia. Eso ayudará a fomentar el trabajo en equipo para conseguir un objetivo común.
Limpia la zona que vas a pintar
Asegúrate que no haya polvo ni ningún otro material que interfiera con la pintura. Los hijos pueden ayudarte en esta labor al realizar actividades tales como pasar la escoba o limpiar con un trapito para desempolvar las esquinas.
Hora de pintar
Orientar a los hijos al aplicar la pintura y posteriores capas puede enseñar a tus hijos a tener paciencia, ser cuidadosos. Pintando también contribuimos a que los más pequeños de la casa desarrollen su creatividad y habilidades comunicativas.
¿Por qué no puede ser el inicio de un descubrimiento de un talento? Busca un propósito a la actividad y aprovéchala al máximo.