José Noel Navarro Mazariego tiene 47 años y desde hace tres comenzó a ayudar a pacientes del hospital Rosales a cruzarse la transitada 25a. Avenida Norte, frente a la Plaza de la Salud, en San Salvador.
“Le ayudo a pasar a los ancianitos y personas que andan con muletas o en sillas de ruedas de aquí para allá”, cuenta José mientras señala de un lado a otro la vía.
La colonia Santa Lucia de Ilopango está llena de hoyos
Son unos diez agujeros los que se encuentran en un tramo de 50 metros de una de las principales calles que dan acceso a esa colonia.
Originario del Puerto de La Libertad, este ciudadano mañanea cada día para estar puntual, a las 7:00 de la mañana, e iniciar su jornada en medio del tráfico.
Asegura que de las colaboraciones, cinco o diez centavos, lo que sea la voluntad de los peatones, hace su “sueldo”.
“Ando trabajando honradamente para darle de comer a mis cinco hijos y mi esposa”, dice con orgullo.
Y así, como si se tratase de un empleo formal, este ciudadano cumple con ocho horas laborales y se retira a las 3:00 de la tarde.
“Hay gente que solo me dice gracias (cuando no le dan nada), yo digo gracias a Dios porque de Él viene la bendición”, cuenta.
A diario don José, o Coyote como de cariño le llaman (cree que por su color de piel), ayuda a cruzar la calle a unas 50 personas entre pacientes, doctores y otros ciudadanos.