Los agricultores de las faldas del volcán de San Salvador que cultivan flores para el día de los Santos Difuntos
Los habitantes del caserío Chanmico del cantón San Antonio Abad, son una de las comunidades de agricultores que recorren kilómetros para trabajar la tierra y cosechar flores.
Por Menly Cortez
2020-11-01 6:00:32
-
-
varios metros entre boscosas veredas caminan los agricultores de las faldas del volcán para llegar a sus cultivos. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Luis Melara Castro, de 66 años, decidió años después de la guerra retomar el cultivo de flores que de niño aprendió de su padre. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
El ambiente en la zona del volcán es propicio para la siembra de la flor aster, pues es cálido, por las noches y primeras horas de la mañana aún se siente un clima templado, que mantiene la tierra húmeda. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Don Luis cuida durante dos meses el cultivo de flores hasta la cosecha en la primera semana de octubre. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Al finalizar la cosecha, don Luis elige las semillas de las mejores flores para secarlas y prepararlas para el próximo año. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Melara considera que en ocasiones sembrar flores es más beneficioso que una milpa, pues la cosecha sale más rápido y se vende a buen precio.Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
María Paz trabaja junto a su mamá, doña Lina Melara, en el cultivo de flor siempre viva.Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Melara venderá posteriormente estos manojos de siempre viva a $1.50 a las personas que le han hecho pedidos a su hija. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
La flor siempre viva, puede mantener su color incluso cuando se seca. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Doña Lina Melara con 76 años se mantiene en buena condición física, pues ella recorre a pie las veredas para llegar a su cultivo. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Don Luis prepara seis manojos grandes de flor aster, este bulto de flores puede llegar a pesar hasta 70 libras. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Ernesto Melara, nieto de don Luis, comentó que es complicado bajar por las veredas con las flores, pues en ocasiones sufren caídas por lo difícil del terreno. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Los agricultores caminan a paso ligero con la carga alrededor de un kilómetro. Foto EDH/ Menly Cortez
-
-
Al llegar a casa, María Gloria, esposa de don Luis, prepara los manojos de flores con variados colores o un solo color, que puede ser blanco, rosado, ocre o morado, los venderá a $1.50 en el mercado Central. Foto EDH/ Menly Cortez