Este sacerdote es el único habitante en una impresionante isla debido a la falta de turistas por COVID-19
En época normal este lugar está lleno de peregrinos, pero el confinamiento ha hecho que el padre Flynn viva solitario en este paisaje de película en Irlanda.
Por Marcela Moreno
2020-07-30 1:46:53
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El padre Flynn se convirtió en el único habitante del Purgatorio de San Patricio en una isla del Lough Derg, Irlanda, debido al confinamiento por el coronavirus. Foto EDH/ AFP
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Él es el sacerdote que cuida una isla sagrada que siempre se llena de peregrinos. Foto EDH/ AFP
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Del V siglo, este lugar santo atrae a los peregrinos católicos que acuden para pasar tres días de ayuno, pronunciar oraciones con los pies descalzos y hacer veladas nocturnas. Foto EDH/ AFP
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Pero la pandemia, que ya causó más de 1.700 muertos en Irlanda, provocó la anulación de las peregrinaciones por primera vez desde 1828. Foto EDH/ AFP
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El sacerdote de 69 años, que luce una cuidada barba blanca, reside en la isla desde el 1 de junio. Foto EDH/ AFP
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“Al hacer la oración del camino de la cruz cada día de manera humilde, conservo el ritmo de la peregrinación viva”, agregó. Foto EDH/ AFP
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Según el católico, en época normal llegan hasta 400 peregrinos. Foto EDH/ AFP
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En las peregrinaciones, los creyentes solo tienen derecho a alimentarse con té, café con leche, pan seco o tostado o pasteles secos con avena. Foto EDH/ AFP
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Provenientes del mundo entero, los peregrinos deben velar durante 24 horas y hacer oraciones de nueve horas con los pies descalzos. Foto EDH/ AFP
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Rodeando las ruinas de viejas celdas monásticas, caminan y se arrodillan rítmicamente bajo la sombra de un campanario situado en el sitio de la gruta que habría sido mostrada a San Patricio en el año 445. Foto EDH/ AFP
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En esa gruta, la leyenda cuenta que San Patricio vio las puertas del infierno. Foto EDH/ AFP
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“Hay pocos sacerdotes tan aislados como yo en este momento, pero no me siento aislado”, afirma. “No me he sentido solo nunca desde que estoy aquí”. Foto EDH/ AFP
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Para otros, el confinamiento es vivido como un castigo, en particular entre las personas mayores, más vulnerables al virus. Foto EDH/ AFP
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“Esto no será siempre así, pero no sabemos cuanto tiempo durará”, señala el padre, haciendo un paralelo entre la prueba vivida por el país y el purgatorio. Foto EDH/ AFP
