René Núñez, el salvadoreño que desarrolló la ciencia de combustión a baja temperatura Núñez con una profunda consciencia de que no hay que quedarse con los brazos cruzados ante el fenómeno del calentamiento global, creó la Turbo cocina, un invento que podría ayudar al medio ambiente.
Por Menly Cortez
2020-01-13 3:00:44
René Mauricio Núñez Suárez ha dedicado los últimos 25 años a investigar para crear y desarrollar la turbococina, un invento que permite reducir el uso de leña para cocinar en los hogares, sobre todo en los de la zona rural.
Foto EDH/ Menly Cortez
Su invención le ha valido recibir múltiples reconocimientos de instituciones y organismos a nivel nacional e internacional.
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Uno de los premios más importantes que ha recibido es el de la Organización Internacional de la Propiedad Intelectual que le otorgaron en 1999.
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Núñez Suárez, es ingeniero electricista graduado de la Universidad de El Salvador, con postgrados en electrónica y control automático de la Universidad de Saldford, Inglaterra.
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Nuñez es el segundo de 3 hijos fue inspirado en el debate de la Cumbre de la Tierra de 1992, para realizar un estudio para crear “Recursos energéticos de El Salvador”.
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Según sus investigaciones sobre el tema, el 90 % de la leña se usaba en las cocinas de los hogares y en menor porcentaje en tortillerías y panaderías. Llegó a estimar que cada año se usaba un volumen de leña 64 veces más grande que el estadio Cuscatlán.
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Su invento buscó reducir la deforestación en la zona rural del país así como también disminuir los grados de monóxido de carbono y óxido de nitrógeno que afectan al medio ambiente.
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El invento tuvo tanto éxito que también redujo el número de horas que los miembros de las familias dedicaban a la tarea de recolectar leña lejos de casa, también el tiempo que les llevaba a las mujeres preparar la comida, lo que implicaba que podían tener tiempo disponible para otras actividades.
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El compatriota sostuvo que invirtió todo su dinero y el de sus hermanos en la turbococina y en irla mejorando cada vez con miras a producirla, algo que logró hacerlo a pequeña escala en 2010 con apoyo de la Universidad Don Bosco.
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Nuñez lamentó que una disputa legal en la que ha estado inmerso en los últimos años, le impidió que se hiciera realidad un proyecto millonario con la NASA, y con el cual le apostaban a fabricar la turbococina a gran escala en su tierra natal, en busca de recuperar su inversión, generar empleos, cuidar el medio ambiente y generar más proyectos.
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“Aunque los científicos en Canada me rogaron que le diera a ese país la propiedad intelectual, siempre me negué porque o deseaba que el mundo volteara a ver con buenos ojos a El Salvador y su fabricación de las turbo cocinas” reflexionó Nuñez.
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