Ante la suspensión del espectáculo, payasos se dedican a vender verduras en las calles de Quezaltepeque
Artistas circenses llevan varios meses varados en un predio de Quezaltepeque sin poder trabajar debido a las suspensión de espectáculos para prevenir la pandemia del COVID-19. Ellos se han dedicado a vender verduras de una manera divertida.
Por Yessica Hompanera
2020-08-04 9:40:31
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Desde marzo el elenco del circo Cañonazo y Apolo se han quedado varados en un predio en el municipio de Quezaltepeque debido a la cuarentena y las fases para prevenir la pandemia del COVID-19. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Las funciones se terminaron con la llegada de la cuarentena y la suspensión de forma indefinida de todos los espectáculos.
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Cerrar el circo implicó replantearse la nueva forma para sobrevivir y ayudar a las familias de los artistas. El primer mes y medio que estuvieron varados mucha gente llegó a dejarles víveres y eso les ayudó a mantenerse, luego decidieron dedicarse a vender verduras.
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Para ofrecer su sus productos realizan perifoneo durante el recorrido por el municipio. Lo hacen de una manera divertida.
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Los artistas señalan que poco a poco han ido ganando diferentes clientes en la localidad.
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El recorrido de unos 10 kilómetros lo inicia a las 8 de la mañana, con acrobacias incluidas.
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Para animar el recorrido, los payasos se maquillan y llevan la diversión a las calles con el objetivo de alegrar a la gente y atraer a potenciales compradores.
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Los clientes están satisfechos con los productos ofrecidos por los artistas de la risa.
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Juan Carlos López tiene 21 años y es mejor conocido como el payaso “Tun Tun”. “En este circo conocí a los que ahora son su familia y he aprendido mucho de ellos”, explica. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Manuel Romero, mejor conocido como payasito “Chiricuto” o “Merienda” es artista desde hace 10 años . A pesar de las dificultades aprendió a ganarse la vida.
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Edwin Vázquez es un payaso acróbata que ha vivido por muchas décadas bajo la carpa del circo. La pandemia ha impedido que realice sus acrobacias. En total unos 20 artistas circenses los que han quedado varados. Foto EDH/ Yessica Hompanera
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Las nuevas generaciones, hijos e hijas de los payasos, han adquirido la destreza para entrar al escenario. Muchos de ellos, aún en etapa escolar, disfrutan de aprender acrobacias. Alisson Escobar tienen 13 años y aprendió ha realizar malabares con destreza gracias a su papá quién también es payaso.
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