Los tristes recuerdos de las mujeres que fueron víctimas de feminicidio
Estas desgarradoras fotografías muestran los efectos de la violencia feminicida revelando la intimidad de 7 familias que perdieron a una persona querida: la hija, nieta, madre, tía, sobrina.
El 14 de abril de 2018 fue localizado el cadáver de Karla Turcios sobre la carretera Longitudinal del Norte, con señales de estrangulamiento y con dos bolsas de plástico amarradas al cuello. La FGR afirmó que el asesino fue su pareja, Mario Alberto Huezo, quien guarda prisión en el centro penitenciario “La Esperanza“. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
Karla era muy inteligente desde niña. Le gustaba estudiar, tenía mucho entusiasmo por ir al kínder, no tenía dificultades para aprender, llevaba muy buenas calificaciones, siempre recibía diplomas por excelencia, por aplicada. “Ella siempre fue así, incluso en la universidad”, recuerda su papá. Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
En su recorrido profesional Karla obtuvo el reconocimiento y admiración de sus colegas, por su capacidad laboral, pero también el cariño y amistad por ser una mujer con carácter, pero amigable, sociable y líder. El escritorio que ella utilizaba en La Prensa Gráfica aún continua sin ser utilizado por otra persona. Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
María Ana Galdámez es una sobreviviente de la violencia. Ella vivía junto a su esposo y su sobrina, un día él llegó ebrio y ella no le permitió entrar a la casa, el hombre arremetió contra ella atacándola con un corvo, le hirió los brazos y la nariz. Gracias a que huyó y una vecina le ayudó pudo salvarse. Asegura que ahora siente temor de salir, solo pasa en el trabajo y en la casa. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
La recuperación por las heridas ha implicado aproximadamente un año de terapias para devolverle la movilidad de los dedos de la mano izquierda. Sin embargo, ya nada es como antes, ahora sufre de dolores en los dos brazos y no tiene fuerzas en su mano izquierda. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
Por las lesiones ahora se le dificulta realizar algunas tareas como las que hacía antes: coser a máquina cubrecamas uniendo trozos de telas, bordar a mano, lavar, cocinar…ahora ha tenido que aprender a utilizar la mano derecha para algunas actividades. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
El cuerpo de Melvi Fernanda Nájera, de 23 años, fue encontrado el 1 de Febrero de 2019, con múltiples lesiones causadas por arma blanca. Cuatro días después fue encontrado el niño de un año y siete meses de edad, abandonado en una finca, del municipio de Ataco, donde se cometió el crimen. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
Jessica e Idalia, amigas de Fernanda comentan que era muy simpática…tenía facilidad para darse a entender muy bien con sus clientas y habían algunas que la estimaban mucho, al punto que también lloraron su muerte indignadas… Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
El cuerpo de Katherine Lisbeth Cárcamo Chávez, de 27 años, fue encontrado sin vida, en la cama de su casa. Ella fue asfixiada con una almohada a manos de su esposo Bryan Alexis Arévalo Flores. Se había graduado de Bachiller en enfermería y cosmetóloga.
Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
Mi hija Katherine era muy inteligente, siempre llevaba muy buenas calificaciones. Aunque estudió el bachillerato en enfermería, también había estudiado cosmetología y era con eso con lo que se defendía. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
El domingo por la mañana le ofrecí ayuda a Katherine, mi nieta, para levantar el colchón donde habían dormido ellos, pero curiosamente no había aceptado la ayuda, decía que era “la mujer maravilla” y lo había levantado y puesto en su lugar. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
“Katherine quería ser la mejor mamá del mundo; ella me decía “mamá, mi hija es todo para mí, yo quiero ser buena mamá…”Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
El compañero de vida de la Dra. Rosa María Bonilla Vega, Dennis Edenilson Suárez Mejía, le propinó una golpiza en su casa de habitación hasta asesinarla, el 23 de enero de 2018. Pese a ser una familia muy cercana y unida, no percibían la violencia psicológica y económica que vivía la Rosa María. Rodrigo de 18 años, hijo del primer matrimonio de Rosa, ahora vive con la abuela materna. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
Rosa María Bonilla Vega, de 45 años de edad al momento de ser asesinada, era Doctora en Medicina con una Maestría en Salud Pública. Trabajaba en la Región Occidental de Salud, del Ministerio de Salud, con el cargo de Colaboradora Técnica Médica de la Región Occidental, en donde además brindaba atención a niñas maltratadas, esto lo hacía desde hace casi diez años. Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
Estas fotografías son parte de la muestra fotográfica “Huellas de ausencia” que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología (MUNA). La exposición refleja la situación de siete familias que perdieron de manera atroz a una persona querida: la hija, nieta, madre, tía, sobrina y es un homenaje a las 2,782 mujeres cuyas vidas fueron truncadas en forma violenta entre el 2012 y el 2018, de las cuales 1,213 casos se registraron jurídicamente como feminicidio.
Foto EDH/ Gonzalo Bell/UNFPA El Salvador
