Los niños del Centro Histórico evalúan con fotos su entorno
Se les pidió a los niños que pasan la mayor parte del día en centro de San Salvador que retrataran lo que le gusta y lo que no. Este ensayo fotográfico fue el resultado del experimento social.
Priscila Fernanda Larín Martínez tiene nueve años y es hija y nieta de mujeres vendedoras. Foto EDH/ Francisco Campos
Lo que más le gusta del centro son los juegos infantiles instalados en la esquina sur-oriente de La Placita exBiblioteca. “Aquí nos divertimos con mis amigos además son gratis”, explica. Estos juegos permiten que los niños se entretengan mientras sus madres se dedican a sus ventas. Foto/ Priscila Fernanda Larín
Lo que no le gusta son los baños públicos del mercadito “Los usan los adultos y nos puede entrar una bacteria”, explica. Según ella la solución es que se abrieran baños infantiles para niños y niñas de 5 a 12 o 14 años. Foto/ Priscila Fernanda Larín
Natalia Saraí Guzmán Guevara tiene 10 años. Foto EDH/ Francisco Campos
A Natalia le gustan las palomas de la Plaza Libertad y la Plaza Gerardo Barrios, “son animalitos de Dios” dice mientras cuenta que hace un año tuvo una pero se le murió a los tres meses. Foto/ Natalia Saraí Guzmán
También le gusta el león de cobre de La Plaza Libertad porque que le recuerda al Rey León de cual tiene dos peluches en su casa. Foto/ Natalia Saraí Guzmán
No le gusta que la gente haga sus necesidades fisiológicas en las plazas “Es chuca la gente”, dice deberían recoger y limpiar la plaza no solamente echarle cal. Para ella las personas mayores y los indigentes deberían tener acceso gratis en los servicios sanitarios públicos para evitar que ensucien las plazas. Foto/ Natalia Saraí Guzmán
Rosario Brendaly Castro Aguilar tiene 10 años. Foto EDH/ Francisco Campos
Lo que más le gusta son las fuentes de La Plaza Gerardo Barrios. Comenta que cuando hace mucho calor se baña en las fuentes con Fernanda, Daniela y Michelle, acompañadas de Andrea la madre de Daniela, luego regresan a cambiarse la ropa en sus respectivos puestos. Foto/ Rosario Brendaly Castro
También le gusta el Palacio nacional adornado con las banderas, “se mira chulo”, comenta. Foto/ Rosario Brendaly Castro
Lo que le molesta y no le gusta es la basura entre las plantas de las plazas, “la gente debería cuidar el medio ambiente” dice. Según ella la solución es que cada persona lleve una bolsa de tela para cargar su basura y después depositarla en uno de los recipientes destinados para ella. Foto/ Rosario Brendaly Castro
David Alejandro Durán Amaya tiene nueve años, su madre y hermana venden zapatos deportivos sobre la calle Delgado. Foto EDH/ Francisco Campos
A David le gusta mucho el Teatro Nacional y asegura que ha visto la obra El Principito. Recuerda que cuando estaba más pequeño hacía dibujos del teatro a los que rotulaba con las letras TN. Foto/ David Alejandro Durán
Del teatro le gustan sus pasillos y su alfombra roja. Foto/ David Alejandro Durán
Lo que no le gusta está relacionado al pasado reciente y es el edificio que se encuentra esquina opuesta al Teatro Nacional, aunque está remodelado a Alejandro solo le trae recuerdos cuando estaba lleno de basura. Foto/ David Alejandro Durán
Jonathan Samuel Calderón Jovel tiene 11 años y su madre vende pan en una esquina sobre la 1ª calle Oriente. Foto EDH/ Francisco Campos
Lo que le gusta del Centro son las luces con las que están iluminados los edificios, “eso me alegra, todo se ve muy bonito, el teatro, la iglesia y el banco”, explica. Foto/ Jonathan Samuel Calderón
De lo que no le gusta responsabiliza visitantes adultos de la plaza, que dejan tirados los vasos en los que toman café o las bolsas en las que les venden el pan. “Toda esa basura se debería reciclar, y los adultos deberían de usar los depósitos de basura”, asegura. Foto/ Jonathan Samuel Calderón
Ricardo Adonay Tovar Meléndez tiene 11 años y su madre vende frutas en la calle Delgado. Foto EDH/ Francisco Campos
A él le gusta el Palacio Nacional pero para no tomar la fachada lo invitamos a un recorrido por su interior. Le gustó el Salón Rojo y el Salón Azul, “me gusto porque conocí los tesoros de la capital y su historia”, dice. Foto/ Ricardo Adonay Tovar
También le gustaron mucho las lámparas que adornan los salones y los rostros tallados en madera, “siento una sensación de curiosidad y miedo”, explica. Le gustaría también que se hicieran visitas guiadas para los niños de las escuelas del centro y que les explicaran la historia del edificio. Foto/ Ricardo Adonay Tovar
No le gusto los daños en las puertas que según él está hecho por gente traviesa que han roto vidrios. Foto/ Ricardo Adonay Tovar
