FOTOS: Escuela de Los Almendros, en Acajutla, continúa bajo una champa sin electricidad ni agua

Reportaje sobre los inicios de la escuela en El Diario de Hoy publicado en el 2019.
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Publicación en El Diario de Hoy el día que se comprometió el Ministerio de Educación.
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Santos Tomás Velásquez Amaya, de 11 años, estudiante de sexto grado, es orientado por la maestra Gladis Adelayda Sánchez Flores.
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Tomas Velásquez ya recibió la computadora de parte del MINED pero no la utiliza debido a que no hay electricidad en el caserío Los Almendros.
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Isaías Mendoza y José Adolfo Mendoza, hermanos, ingresan al Centro Escolar Caserío Los Almendros, en Acajutla, Sonsonate. Esta es una de las escuelas que funcionan en terreno que no es propio y requiere ser legalizado a nombre del Ministerio de Educación.
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Los baños de fosa para los 40 estudiantes que asisten a la escuelita.
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Los pupitres fueron donados por medio de la dirección de Centros Penales.
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Alejandra Pérez, de 12 años, es estudiante de quinto grado. Asegura no tener uniforme ni zapatos.
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Los pupitres que ahora utilizan los estudiantes fueron donados por Centros Penales, gracias a un reportaje realizado años anteriores, asegura la docente.
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Detalle de la cocina que permanece en el mismo espacio donde estudian. Este año están en la incertidumbre si reciben donaciones para la alimentación de los niños y adolescentes.
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Lázaro Castillo, de 18 años, aprovecha el agua de una cantarera que abastece a las 65 familias del caserío Los Almendros, Acajutla, Sonsonate.
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La escuela inició en un predio con bolsas plásticas, troncos y pupitres prestados.
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Isaías Mendoza y su hermano José Adolfo Mendoza aprovechan a comprar en sus minutos de recreo. Su hermano mayor dejó de estudiar hace dos años por lo difícil que es llegar a otro centro educativo.
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Los estudiantes afortunados logran comprar pastelitos a dos por 25 centavos de dólar para comer en el recreo.
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“Mi labor como docente y como maestra de ciencia y humanidades me decía que a mí no me tenía que importar si los niños vivían en tierras usurpadas, yo solo tenía que velar por el derecho de los niños que es el derecho a la educación”, explicó la docente de Los Almendros.
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Un tubo de metal con varios agujeros sirve para improvisar un chorro múltiple para que los estudiantes puedan lavarse las manos.
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“Nosotros iniciamos en una galerita que era una comunal de la comunidad y poco a poco hemos ido construyendo, hemos conseguido material, pupitres, didáctico, lo único que nosotros solicitamos al Ministerio de Educación es la escuela”, dijo en febrero una maestra en el lugar.
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En Los Almendros hay 65 familias, desplazadas de diferentes partes de Acajutla. Llegaron a poblar el caserío en el 2011 y se han adaptado a vivir sin electricidad y recogiendo agua en una cantarera.
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Isaías Mendoza, de 9 años, es estudiante de tercer grado, tiene un hermano que cursa el sexto y otro que dejó de estudiar hace dos años.
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Los docentes interinos que no han recibido salario en lo que va de este año luchan por salir adelante.
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Los minutos de recreo convierten el predio a la par de la champa en una cancha para patear la pelota.
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José Adolfo Mendoza, de 9 años, ya recibió su computadora pero tampoco puede darle uso por no tener electricidad.
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La mayoría de libros y material didáctico han sido donados.
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Detalle del escritorio que utiliza la maestra.
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"Si los niños tienen mochilas bonitas es porque la gente se ha solidarizado con ellos", manifiesta la maestra de Los Almendros.
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