Estudiantes pedalean hasta cuatro kilómetros entre veredas y cañales en Sonsonate
Son cuatro kilómetros los que los niños del cantón El Presidio en Sonsonate recorren para llegar a su escuela, donde a diario construyen el sueño de volverse grandes profesionales, algunos de ellos lo recorren en bicicleta y otros a pie.
Elmer Zetino de 13 años de edad recorre alrededor de 4 kilómetros caminando junto con otros niños del cantón Ojo de Agua en Sonsonate para ir a laEscuela caserío Las Brisas Mandinga.Foto EDH/René Quintanilla
Cada mañana, los primos Edgardo y Kevin Romero, de nueve y ocho años de edad respectivamente, van junto con Juan Zetino, quien trata de seguirles el paso a la escuela, pero le resulta difícil porque los dos primeros viajan en bicicleta.
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Los niños pasan entre cañales, veredas y puentes en mal estado para llegar al Centro Escolar Caserío Las Brisas.
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Para los niños las “bicis”, son instrumentos valiosos porque fueron obsequios de altruistas anónimos, motivados por el ingenio del director de escuela.
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Usar bicicleta en el área rural también tiene sus retos cuando se trata de atravesar cercos, cañales, quebradas y zonas anegadas o con lodo espeso. Ahí es la cooperación y solidaridad entre los alumnos lo que les permite cargar o pasar de forma segura dichos lugares.
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Para los niños el invierno vuelve más difícil el trayecto pues deben tener también doble cuidado de no ensuciar su uniforme. Foto EDH/René Quintanilla
De los 158 alumnos de la escuela Las Brisas, 23 estudiantes debían recorrer estos caminos a pie; pero una publicación en facebook hecha en el perfil del director de la institución, Carlos Perdomo, motivó a dos personas a regalar cuatro bicicletas, las cuales fueron dadas a Edgardo, Kevin, Elmer y Cristel Lúe.
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“Bajamos desde el cerro, cruzando los cercos para llegar a la vía”, explicó Xenia Vanegas . Foto EDH/René Quintanilla
A sus 15 años de edad, Xenia ha tenido la responsabilidad de cuidar a sus tres hermanos menores y esa carga le ha costado años de estudio. Foto EDH/René Quintanilla
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Ella camina cerquita a sus dos hermanos porque la carretera es peligrosa. Foto EDH/René Quintanilla
El donativo de las bicicletas permitió que los niños dejaran de faltar a sus jornadas de estudio.
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Las madres de estos niños los acompañan en ocaciones, pero al llegar la época de la corta de caña ellas deben trabajar en esa tarea, lo cual les hace difícil llevarlos a la escuela.
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Los niños del Centro Escolas del Caserío Las Brisas aseguran que tienen aspiraciones de ser maestros y otros quieren ser ingenieros.
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En 2018, el Ministerio de Educación registró la matrícula de 6,278 infantes para primer ciclo, de los cuales 471 tienen sobreedad, lo que representa el 7.5 % de estudiantes.
Para segundo ciclo la matricula fue de 5,972 alumnos, de los cuales 635 no estaban acorde a su edad, ellos representan el 10.6% del total de inscripciones.
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