FOTOS: “El celular se nos arruinó y por eso ya no pude estudiar”: Niños abandonaron sus estudios por falta de recursos económicos
La deserción escolar luego de la pandemia afecta a la comunidad educativa en todo el país; sin embargo, las razones son tan diversas. Algunas tienen que ver con el acceso a internet, otras con la economía de la familia y los casos más extremos por el abandono completo de algunas comunidades.
Por Jessica Orellana
2020-09-30 8:21:59
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Natalia Renderos ha destacado por ser una alumna muy aplicada en el Centro Escolar Canton San Sebastián El Chingo, en el municipio de San Luis la Herradura, La Paz. Foto EDH / Jessica Orellana
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Natalia tiene 13 años y combina sus clases con los quehaceres del hogar, ella ayuda a su madre en el día a día. Foto EDH / Jessica Orellana
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Por siete años consecutivo Natalia ha ganado medallas al mérito académico, sus tareas, su participación en las clases, y su ímpetu por salir adelante le ha valido a la joven destacar entre sus compañeros.
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Este año su sueño casi se ve truncado dejó de estudiar tres meses por falta de recursos económicos lo que le afectó mucho tanto en su rendimiento “Yo empecé bien el año, los primeros meses que fui no tenía problema la maestra nos enseñaba y yo ponía atención, pero cuando ya cerraron las escuelas hacía las tareas pero otros días no”. Foto EDH / Jessica Orellana
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Pedro Armando Romero, de 12 años , ha cambiado los útiles escolares por las agujas para tejer atarrayas para pescar en la isla La Pirraya, en Usulután, donde nació.
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Pedro ha aprendido a tejer atarrayas igual que su abuelo, que luego son utilizadas para la pesca y llevar ingresos a su hogar. Foto EDH / Jessica Orellana
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El menor es uno de más de 150 alumnos del Centro Escolar caserío La Pirraya, cantón Isla San Sebastián, ubicado en la isla donde este año han dejado de asistir a las clases presenciales debido al cierre de las escuelas. Foto EDH / Jessica Orellana
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Hace 4 meses que dejó de estudiar ya que el celular que tenía se le arruinó, por lo que perdió contacto con los profesores. Foto EDH / Jessica Orellana
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Pedro espera regresar a las aulas y continuar estudiando mientras tanto pasa sus días a la orilla del Bahía de Jiquilisco. Foto EDH / Jessica Orellana
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Yahaira Maravilla es una de los 7 alumnos que se graduaron el año pasado en el Centro Escolar caserío La Pirraya, cantón Isla San Sebastián, en Usulután. Foto EDH / Jessica Orellana
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Yahaira vive en la isla La Pirraya. Ella cursó bachillerato en Salud, la única opción con la que cuenta el lugar y por lo que muchos de los jóvenes se desaniman de continuar sus estudios. ” Acá muchos dejan de estudiar porque no quieren estudiar salud y los pocos que estudiamos bachillerato aunque no nos guste es solo por tener nuestro título”. Foto EDH / Jessica Orellana
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“Yo estaba esperanzada a que me dieran una beca universitaria para seguir estudiando, mis padres no pueden pagarme una universidad privada y no sólo se trata de eso también se trata de los pasajes, salir de la isla cuesta dinero que muchas veces no tienen” expresa la joven. Foto EDH / Jessica Orellana
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Este año su apuesta era esperar que una ONG le diera una beca para continuar sus estudios universitarios. Su sueño fue paralizado por la pandemia del COVID-19, el proyecto no continuó y ella no pudo ingresar a la Universidad como lo había planeado. Foto EDH / Jessica Orellana
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Yeimi quien cursa 4° grado en el Centro Escolar Canton San Sebastián El Chingo, en el municipio de San Luis la Herradura, La Paz y no porque no quiera sino porque no cuenta con los recursos para poder continuar con sus clases. Foto EDH / Jessica Orellana
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La mochila que acompañaba a la estudiante ha sido guarda. Ella espera regresar a clases el otro y volverla a utilizar. Foto EDH / Jessica Orellana
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Yeimi lee una carta motivacional que su maestra le entregó cuando todavía estaba la cuarentena estricta que el gobierno había implementado como medida para combatir el COVID-19, “Espero que esto pase rápido, los extraño; no te desanimes ya falta poco” fueron las palabras que la maestra escribió. Foto EDH / Jessica Orellana
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“Acá en mi casa yo vivo con mi abuela, y lo poco que ella gana no alcanza para Internet, yo a veces no entiende lo que tengo que hacer y ella tampoco puede entonces no puedo hacer las tareas”. Foto EDH / Jessica Orellana