Con flores y música salvadoreños recuerdan a sus seres queridos en el Día de los Difuntos
Desde tempranas horas de la mañana los salvadoreños asistieron a los distintos campos santos del país para visitar la tumba de sus familiares para celebrar la vida y obra de los mismos.
En el cementerio La Resurrección cientos de salvadoreños llegaron para rendir tributo a la memoria de sus seres queridos.
Patricia Amaya (izq.) y Daniela Zas enfloran la urna de su mamá, Sonia Amaya, quien murió hace 8 años. La difunta solicitó que su cuerpo fuera cremado en lugar del proceso tradicional en el cementerio “La Resurrección”, en San Salvador.
El mariachi Sol amenizó la visita con música en varios nichos del cementerio “La Resurrección”, en San Salvador.
En la funeraria “La Auxiliadora”, en San SalvadorLa Resurreción guarda las cenizas de la corredora María Olimpia Escobar, quien murió tras un ataque con cuchillo cuando corría en el bulevar Santa Elena, en Antiguo Cuscatlán.
Coloridas flores naturales y artificiales fueron las favoritas de las personas que visitaron las tumbas.
La familia Rico Arriaga llevó flores a su pariente desde las 10:00 de la mañana. Compraron minutas para compartir.
Los pariente de Rabindranath Montoya fue enflorada por sus parientes desde tempranas horas de la mañana. Sus parientes señalaron que fue un músico y lo decoraron con instrumentos musicales.
Algunos aprovechan y descansan o reflexionan junto a las tumbas de sus familiares.
Marta Elena Cortez y su hija Carmen tiene más de 10 años de hacer y vender hojuelas para vender en el cementerio de Panchimalco. Son originarias de San Marcos y días antes de la celebración de los difuntos preparan toda la mercadería. “Las hojuelas se desplazan por todo el país, es especial para esta fecha”, señaló Marta.
En el Cementerio General de Panchimalco los lugareños celebraron el Día de los difuntos en el cementerio con música, flores, hojuelas.
Víctoria Ramírez viene a enflorar a su hijo y esposo después de 10 años de fallecidos. Viajó desde Los Planes de Renderos.
La venta de flores no faltó en las afueras de los campos santos.
Algunas personas ofrecieron limpieza y pinta de tumbas que tenía distintos precios según el tamaño.
