"Ya no caben". Entierros COVID-19 van al alza en Quezaltepeque
En el cementerio municipal de Quezaltepeque cada día, se vuelve un reto encontrar un espacio para los fallecidos a causa de los contagios por covid-19, los funerarios aseguran que cada día deben hacer de 4 a 5 entierros.
Entierro con protocolo Covid-19 en el cementerio municipal de Quezaltepeque, municipio de La Libertad. Foto EDH/ Jonatan Funes
Tres de las personas que fueron enterradas hoy, murieron en el hospital El Salvador, la cuarta murió en el hospital Saldaña. Foto EDH/ Jonatan Funes
Protocolo de entierro COVID-19. Foto EDH/ Jonatan Funes
"Ya no caben, uno se las ingenia como meter a la gente", dijo el encargado del cementerio. Foto EDH/ Jonatan Funes
Trabajadores de funeraria y del cementerio trabajan en conjunto, unos llevan el cuerpo, mientras otros apoyan llevando flores, entre otras tareas necesarias durante los entierros. Foto EDH/ Jonatan Funes
"En Quezaltepeque creo que vamos en número uno en cuanto a entierro", dice uno de los funerarios que traslada un féretro con protocolo COVID-19. Foto EDH/ Jonatan Funes
El encargando del cementerio dice que llevan 163 muertos más los que anexara este día, esta cifra es desde que llegó la pandemia al país en marzo del año pasado. Foto EDH/ Jonatan Funes
En este cementerio un reducido número de familia puede ingresar a presenciar el sepelio de su familia a una distancia de 20 metros. Foto EDH/ Jonatan Funes
Las víctimas del COVID-19 son enterrados en propiedades que las familias ya han adquirido, también en fosas comunes. Escena en Quezaltepeque. Foto EDH/ Jonatan Funes
El entierro con protocolo COVID-19 tiene una duración no más de 10 minutos. Foto EDH/ Jonatan Funes
El procedimiento inicia desde que bajan el ataúd del carro, lo desinfectan y en la misma lo colocan en la agujero para rellenarlo con tierra. Foto EDH/ Jonatan Funes
Parte del protocolo COVID-19 es que los funerarios anden bien equipados con trajes de bioseguridad, se desinfecten después del entierro y desechar que utilizan. Foto EDH/ Jonatan Funes
Fachada del cementerio municipal de Quezaltepeque. Foto EDH/ Jonatan Funes
