Gabriel Fernández, el niño de ocho años que fue torturado y asesinado por su madre y padrastro
“¿Es normal que las mamás golpeen a sus hijos?", con esta pregunta, Gabriel alarmó a su profesora. Esta trágica historia inspiró la serie “Los juicios de Gabriel Fernández” de Netflix y da una mirada cercana a su lamentable final.
Por Marcela Moreno
2020-03-03 6:10:24
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“¿Es normal que las mamás golpeen a sus hijos?”, con esta pregunta, Gabriel despertó las alarmas de su profesora cuando tenía 7 años. Gabriel Fernández era un niño de 8 años de origen latino que vivía en Palmdale, al norte de Los Ángeles, EE.UU. Foto EDH/ Agencias
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Meses después de esta conversación, Gabrielito, moriría a consecuencia de golpes que recibió en casa a manos de su madre, Pearl Fernandez, y padrastro, Isauro Aguirre. Foto EDH/ Internet
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Los familiares de Gabriel cuentan que su madre no lo quería tener. Y aunque finalmente siguió adelante con el embarazo, cuando nació el bebé, lo dejó en el hospital. Foto EDH/ Internet
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Fueron los abuelos quienes lo recogieron. Empezaba así un camino que le hizo conocer distintos hogares, siempre con miembros de su familia. Foto/ GETTY IMAGES
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Según testimonios de familiares tras su muerte, Gabriel era un niño dulce que buscaba el amor de los suyos. Imágenes de la época en que vivió con sus tíos o sus abuelos muestran a un niño aparentemente feliz y sano. Foto/ GETTY IMAGES
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Ese bienestar dio un giro en 2012, cuando Pearl Fernandez decidió llevárselo a vivir con ella y su novio para recibir prestaciones sociales del estado. En el humilde apartamento vivían también los dos hermanos del pequeño: Ezequiel y Virginia, ambos menores de edad. Foto EDH/ Internet
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También se cambió de escuela y conoció a Jennifer García como profesora, a quien le habló sobre los golpes con el cinturón. Tras la alarmante conversación, Garcia llamó a una línea directa para denunciar situaciones de abuso infantil y reportó lo que le había dicho el niño. Foto EDH/ Internet
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Empezó a llegar a clase sin algunos mechones de pelo, con costras en el cuero cabelludo, los labios hinchados, moratones por toda la cara o lesiones causadas por disparos de una pistola de aire comprimido. Foto EDH/ Internet
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El 22 de mayo de 2013, la madre y el padrastro de Gabriel llamaron a urgencias porque el niño no respiraba. Habían pasado ocho meses desde que se fue a vivir con ellos. Tenía 8 años. Algunos de los paramédicos que acudieron a la llamada de emergencia cuentan que ya a simple vista se podía detectar que Gabriel tenía numerosas contusiones en la cabeza, varias costillas rotas, partes de la piel quemadas, las manos hinchadas. Dos días después falleció. Foto/ GETTY IMAGES
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El forense que realizó la autopsia relató que Gabriel tenía en el estómago arenilla mezclada con heces de gato. Los propios hermanos de Gabriel, que testificaron a puerta cerrada por ser menores, confirmaron que el niño era forzado a comer excrementos de gato si no limpiaba bien la batea. También explicaron que la madre y su novio a menudo lo encerraban en un mueble que tenían en su habitación, sin darle comida ni dejarle ir al baño, y que el padrastro lo golpeaba con especial dureza llamándole gay. Foto EDH/ Univision
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Isauro Aguirre fue sentenciado a muerte y espera ejecución en el penal de San Quintín, en California. Tras conocer ese veredicto, Pearl Fernández, su madre, decidió declararse culpable, con lo que evitó la celebración de un juicio y la pena de muerte. Fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Foto EDH/ Internet
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Pero no solo ellos se sentaron en un tribunal. En una decisión sin precedentes, cuatro trabajadores sociales fueron acusados de abuso infantil y falsificación de archivos públicos. Foto EDH/ Internet
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Gabrielito aún es recordado por los vecinos en el lugar donde vivió. Foto/ GETTY IMAGES