Niños aprenden entre plásticos, láminas y calor en Acajutla El tiempo de recorrido para llegar a la escuela más cercana es de 50 minutos caminando entre calles empedradas, veredas y ríos. La maestra, contratada por la comunidad, necesita de material didáctico.
Por René Quintanilla
2019-02-17 10:05:05
Por iniciativa de la comunidad del caserío Los Almendros, en Acajutla, este año improvisaron una escuelita en donde los niños aprenden a leer y escribir. Foto EDH / René Quintanilla
La comunidad Los Almendros carece de servicios de agua potable domiciliar y luz eléctrica.
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La mayoría de insumos pedagógicos que tienen fueron prestados a la escuelita.
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La profesora Gladis Iraheta recibe un sueldo simbólico de parta de los padres de sus alumnos , quienes trabajan en las camaroneras o la agricultora. Foto EDH/René Quintanilla
Los habitantes del caserío carecen de agua potable, por eso la extraen de un pozo comunal. Los niños utilizan el agua de pozo para su aseo personal durante la jornada de clases. Foto EDH/René Quintanilla
La escuelita funciona en un lote, cerca de la calle. En esa zona hace mucho calor. Foto EDH/René Quintanilla
Bajo la galera de ocho metros cuadrados, los alumnos que asisten desde parvularia hasta cuarto grado se prestan los colores, lápices y borradores. También comparten sus refrigerios.
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Este año el reto de enseñar a leer y escribir a 16 alumnos, algunos con sobreedad escolar y pese a la limitantes como la falta de libros y cuadernos. Foto EDH/René Quintanilla
Escuela de láminas y palos (champa), donde estudian 24 niños del caserío El Almendro, cantón Punta Remedios de Acajutla en Sonsonate.
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En la zona no hay transporte colectivo y el tiempo de recorrido para llegar a la escuela más cercana es de 50 minutos caminando entre calles empedradas, veredas y ríos. Foto EDH/René Quintanilla