El fotógrafo Tim Walace, de Reino Unidos, se mostró indignado ante la petición del propietario de una lujosa residencia de retiro valorada en 12 millones de dólares. El hombre adinerado, residente en California, Estados Unidos, le pidió al artista que le proporcionara gratis algunas fotografías de automóviles para adornar su residencia.
Walace compartió el intercambio de correos en DIY Photography. La solicitud inicial llegó desde el diseñador de interiores del millonario, quien le dijo que estaban “trabajando para remodelar su hogar de retiro costero”.
El cliente adinerado aparentemente estaba encantado con el trabajo del fotógrafo y quería que algunas fotos para exhibirlas en la entrada de la mansión.
“Hola, tengo un cliente muy importante con el que estoy trabajando actualmente para remodelar su hogar de retiro en la costa de 12 millones dólares. Les encanta tu trabajo de autos clásicos y les gustaría tener una impresión en su pasillo cuando entran en la casa”.
Al leer este correo, Walace se emocionó, pues pensó que el hombre con poder adquisitivo le compraría su trabajo. Pero la alegría se convirtió en enojo cuando siguió leyendo.
“Sin embargo, lamentablemente no tienen presupuesto para ello, así que me pregunta si estarías interesado en enviarnos los archivos en alta resolución y nosotros hacemos la impresión para que no tenga ningún coste para usted”.
Como era de esperar, el artista no podía creer lo que le estaban pidiendo. Sin pensarlo dos veces, y con mucho ingenió y sarcasmo, contestó la solicitud.
“Hola, wow, esto es genial. Muchas gracias por los comentarios tan amables sobre mi trabajo. Es una oferta tan tentadora proporcionarles mi trabajo sin ningún beneficio para mi negocio que me es difícil saber qué decir. Creo que el hecho de que tengan los ingresos para comprar una segunda casa de ‘retiro en la costa’ de 12 millones de dólares sugeriría que son el tipo de personas que sienten que merecen lo mejor pero que no deberían tener que pagar por ello. Desafortunadamente, realmente no hago negocios con tacaños y su oferta me muestra claramente que, si bien aman mi trabajo, no respetan la ardua labor que implica crearlo”, contestó.
Finalmente, el británico le sugiere respetuosamente al diseñador de interiores que mejor “en su lugar cuelguen en la pared algunas de esas obras sobrevaloradas hechas con madera vieja con las que los interioristas suelen impresionar”.
“Porque supongo que le pagan ¿o ‘también aman su trabajo’? Por suerte para usted, luce un proyecto fabuloso y eres muy afortunado de contar con el mismo. Buena suerte con todo”, concluye con ironía Wallace.