Maritza Cibuls, de Chicago, Estados Unidos, estaba en casa sola con sus dos hijos cuando vivió una de las experiencias más extrañas de su vida. Después de acostar a sus dos niños decidió echarle un ojo al monitor que vigila la habitación del menor mientras duerme. Al ver las imágenes, la mujer de 32 años se le erizó la piel del susto.
A través del monitor, ella vio claramente el rostro fantasmagórico de otro bebé acostado junto al suyo. Armada de valor fue a la habitación del niño para comprobar qué podía ser, pero no vio nada fuera de lo normal.
“Al principio pensé que mis ojos me estaban engañando. Traté de ignorarlo, pero realmente estaba empezando a asustarme. La parte racional de mi cerebro me decía que había una explicación lógica”, ha contado a Buzzfeed.
Ante esa experiencia decidió hacerle una foto a la pantalla y mandársela a su madre, su hermana y su marido, que estaba trabajando.
Fue el esposo quien sugirió que se trataba de un efecto óptico por la baba del niño. Ella se sintió más relajada con el comentario de su pareja, pero decidió ir nuevamente a la habitación del niño para comprobarlo. Tomó una linterna y se fue al cuarto de su hijo, pero al acercarse a la cuna notó que la imagen fantasmagórica había desaparecido y tampoco había rastros de humedad en la almohada.
Con mucho miedo, decidió compartir la foto de nuevo. Esta vez, con un grupo de amigas en Facebook para que le dieran alguna explicación de lo que estaba viendo en el monitor.
Esa noche no pudo dormir. A la mañana siguiente, se encontró con el aluvión de respuestas a su publicación. La foto que había compartido con sus amigas se volvió viral. Todo el mundo quería saber qué era ese extraño rostro en la pantalla.
Movida por la curiosidad, y ya con la luz del día, volvió al dormitorio del niño.
“Tan pronto como entré en la habitación y abrí las persianas, fue tan obvio que había algo debajo de la sábana. Quité la sábana y vi esta cara de bebé gigante mirándome”, ha explicado. El rostro “siniestro” no era otra cosa más que una etiqueta enorme que tenía el colchón y que se podía ver a través del delgado cobertor.
Al parecer, fue su marido quien cambió la ropa de la cuna y al hacerlo olvidó poner el grueso cubrecama que, en circunstancias normales, tapaba esa imagen del bebé evitando el efecto fantasmagórico que tanto asustó a su mujer e inquietó a infinidad de internautas.