Descubre los perros y gatos más propensos a la obesidad y cómo cuidarlos

El sobrepeso en perros y gatos es una agresión para su salud física y podría matarlos con dolencias prolongadas. Unas libras de más se delatan de muchas maneras y los dueños deben estar pendientes de cualquier cambio en la anatomía de sus animales.

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El sobrepeso es un problema común en las mascotas durante el confinamiento. Pocos dueños ponen atención a los síntomas y los riesgos que trae. Foto EDH / Shutterstock

Por Diana Orantes

2020-06-11 4:15:43

La cuarentena pasará factura en el peso de las mascotas como perros y gatos, porque a falta de espacio en casa, salidas a caminar u otros ejercicios cotidianos estos animales se están adaptando a un nuevo estilo de vida más sedentario.

La veterinaria española María Luisa Espinosa asegura que la obesidad desencadena diabetes, problemas cardiacos, articulares y patologías mortales, hasta reducir la esperanza de vida.

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El exceso de calorías ingeridas en comparación con las quemadas es un grave factor. En otros casos hay una predisposición genética en la que todo el ambiente que rodea al animal y sus hábitos provocan el desarrollo del sobrepeso.

De acuerdo a la revista Mundo Animalia, algunas razas de perros más propensas a engordar fácilmente son los Labrador Retriever, Collie, Basset Hound, Rottweiler, Golden Retriever, Bullmastiff, Carlino o Pug, Pekinés, Beagle, Shetland Sheepdog o Shelt, Cairn Terrier, Caniche y Perro Salchicha. Mientras que de gatos, los más propensos son los Maine Coon y Neva Masquerade.

Las doctoras en Veterinaria de la Universidad de Murcia, Asta Tvarijonaviciute y Silvia Martínez Subiela, aseguran que en el caso de los caninos este problema está íntimamente ligado al comportamiento de su dueño, y es peor cuando los tratan como animales de compañía o los “sobrehumanizan” hasta modificar su forma de vida y hábitos.

Los gatos pueden adoptar una vida sedentaria y con la mala alimentación subir muchas libras. El problema será invertirlas con una dieta. Foto EDH / Pixabay

“El perro no decide por sí mismo su actividad física ni su alimentación. La grasa que acumula depende, por tanto, del ejercicio que se le permite hacer o del alimento que se le proporciona”, dicen las expertas.
Está comprobado que estas mascotas estimulan la actividad social y física de sus dueños cada vez que piden un paseo al parque o salir a jugar al campo. Pero cuando están mal influenciados por los humanos pueden modificar su conducta a una más tranquila.

Una dieta adecuada a la edad, raza, problemas de salud previos o de sensibilidad evitaría dejarlos subir de peso. “Estos datos son imprescindibles para establecer un plan de alimentación y controlar o pesar las raciones de comida, algo que la mayoría de gente no hace”, sostiene Espinosa.

Mientras el dueño no tenga conciencia de la problemática o lo desatienda, su mascota corre peligro y los daños pueden ser irreversibles.

SEÑALES DE UN ANIMAL OBESO
– Aunque determinarlo le corresponde a un veterinario puedes sacar tus propias conclusiones a partir de la observación. Una gran señal es la silueta. Si el animal está más grande de lo normal y no se le marca la cintura desde el lateral y el abdomen, quiere decir que está pasado de peso. Una silueta recta es el inicio de la gordura excesiva.
– Palma sus costillas y si tienes que hacer presión para alcanzarlas significa que hay problemas.
– Hay algunos comportamientos que también lo delatan. Nota cómo camina, ¿le cuesta saltar o desplazarse? Jugar menos, el desgano, mal humor, mucho sueño y ahogamiento con cada pequeño movimiento también son clave.
– La forma más segura de saberlo será pesando al animal. El veterinario te hablará sobre el peso ideal y qué riesgos existen.

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QUÉ PUEDES HACER PARA PREVENIRLO
– Inicia con un plan de dieta dirigido por el veterinario y establezcan objetivos realistas.
– Fracciona su comida a lo largo del día.
– Haz que beba mucha agua.
– No alimentes a toda tus mascotas al mismo tiempo, porque el que está en proceso de adelgazamiento podría ingerir la comida de los demás y romper la dieta.
– Cómprate una balanza para conocer los cambios de peso.
– Suprime todas las golosinas, grasas y almidones.
– Cuando el animal finalmente esté en forma trata de mantenerle un régimen de conservación para que no recaiga.

PROBLEMAS DE SALUD QUE ACARREA
Tvarijonaviciute y Martínez explican que el incremento de masa corporal genera una carga excesiva en las articulaciones. De ahí que estas se degeneren, haya dolor, malestar y dificultad para moverse. También derivan las enfermedades ortopédicas, restricción de movimientos respiratorios, aumento de la presión e incontinencia urinaria. Puede haber un desequilibrio de proteínas y enzimas que desencadenen alteraciones metabólicas.
Además, puede haber afecciones digestivas, predisposición a la diabetes, trastornos cutáneos, problemas visuales, infertilidad y ciclo sexual perturbado, dificultades en partos y problemas cardio pulmonares.