Británico expone en Facebook el desgarrador caso de su esposa con demencia progresiva

El esposo ha compartido fotos conmovedoras que muestran el progreso de la enfermedad en su cónyuge de 56 años.

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Gill Cardall comenzó a presentar los primeros síntomas de la enfermedad a los 52 años. Foto EDH / Facebook

Por Osmín Monge

2019-10-30 5:16:12

En diciembre de 2015, Gill Cardall, fue diagnosticada con un tipo de demencia llamada afasia progresiva no fluente. Desde entonces, su esposo Dominic, de 55 años, y sus hijas Emily, de 30, y Georgia, de 26, son testigos de cómo ella ha perdido la capacidad de caminar, hablar y comer.

Y es precisamente ese deterioro el que Domincic expone en su cuenta de Facebook.

Trágicamente, cuando la pareja renovó sus votos matrimoniales para celebrar su 30 aniversario de bodas en 2016, la señora Cardall descubrió que no podía decir nada.

La extrabajadora de la Royal Navy de 56 años, ahora necesita atención las 24 horas, no puede comer alimentos sólidos y está confinada a una silla de ruedas.

La pareja se conoció hace más de 35 años cuando ambos eran parte de la Royal Navy. Foto EDH / Facebook

Las publicaciones de Dominic tienen dos propósitos: dejarle ver al mundo que la demencia puede “sucederle a cualquiera” y evidenciar cómo esa enfermedad ha “borrado” a su esposa.

Según ha revelado el señor Cardalla al medio británico Daily Mail, las desgarradoras fotos del “antes” muestran a Gil como una dama “maravillosa y hermosa” en la flor de la vida, sonriendo y con el cabello rubio brillante. Las imágenes de ahora la muestran canosa, demacrada y con la cabeza hacia un lado, en una silla de ruedas y cargando una muñeca como si fuese una niña.

“Es realmente horrible ver ese cambio. Gill era la vida y el alma de cualquier fiesta. Era amable, pensativa pero siempre decía lo que pensaba. Siempre pensó en los demás, nunca se perdió el cumpleaños de nadie y le encantó ser el centro de atención. Ella era una dama muy popular”, expresó Dominic a Daily Mail.

El amor siempre ha estado presente en el matrimonio de Dominci y Gill. Foto EDH / Facebook

“Ahora, se ha convertido en una versión más frágil de sí misma. Es como si se desvaneciera lentamente en todos los aspectos: física y mentalmente. Es como si la demencia la estuviera borrando. Pensé que necesitaba compartir las imágenes para crear conciencia en la gente. La demencia puede pasarle a cualquiera”, añadió.

Gill y Dominic se casaron en 1986 mientras ambos trabajaban para la Royal Navy en Plymouth. El esposo afirma que sigue amando muchísimo a su mujer a pesar de las adversidades.

La pareja de esposos junto a una de sus dos hijas. Foto EDH / Facebook

Una enfermedad que avanza

Emily y Georgia, las hijas de la pareja, todavía vivían en casa de sus padres cuando su Gill enfermó por primera vez. Se dieron cuenta que algo andaba mal cuando notaron que la señora comenzaba a tener dificultades para hablar.

“La primera señal de que algo andaba mal era que Gill comenzó a tener problemas de habla. Al principio no sabíamos qué era. Ella decía palabras incorrectas en una oración o confundía las palabras. Por ejemplo, ella me pidió que sacara su bolso del ‘cartón’. No se dio cuenta de que no estaba diciendo ‘auto’”, expresa Dominic

Tras varios estudios médicos se supo que la condición de Gill era una demencia originada por una degeneración lobular frontotemporal, cuyo síntoma principal es una dificultad progresiva en el habla.

El día que la pareja renovó sus votos, Gill no pudo leer lo que ella había escrito. Foto EDH / Facebook

La familia de la señora Cardall tenía antecedentes de demencia y Alzheimer, y su esposo admitió que temía desde el principio que fuera el destino de su esposa.

Cuando su habla se deterioró, Dominic notó que la personalidad de su esposa también comenzó a cambiar.  Su esposa amable y amorosa había comenzado a ser menos empática.

“También se volvió muy aguda con la gente, como si sus inhibiciones hubieran desaparecido por completo. Íbamos a un café y Gill gritaba al camarero ‘¡café, café!’. Esa no era ella, así que sabíamos que algo había salido mal”.

Las facultades física y mentales se han deteriorado. Foto EDH / Facebook

Solo ocho meses después de su diagnóstico, la pareja renovó sus votos, pero después de escribirlos juntos, Gill no pudo leerlos.

Dos años después, la señora Cardall fue confinada a una silla de ruedas mientras luchaba por caminar correctamente.

A pesar de la enfermedad, los esposos continúan juntos. Foto EDH / Facebook

En los últimos 18 meses, un terapeuta ocupacional ha ayudado a la familia a adaptar su hogar para la señora Cardall, que ahora duerme en su antiguo comedor.

“Fuimos a ver al especialista hace dos años. Él dijo que ella estaba en las etapas avanzadas y que las cosas empeorarían progresivamente. Y así fue”, expresa Dominic.