Quien visite el camposanto municipal en Suchitoto, Cuscatlán, de seguro ya ha visto la tumba de Catarina de Mena, quien murió en 1904 y, según los pobladores es una de las primeras personas en ser enterrada en el lugar.
A pesar de que han pasado 117 de años desde su muerte, en el cementerio de Suchitoto la foto de Catarina G. de Mena sigue intacta, aunque su mausoleo ya está deteriorado.
Por su desgate, algunos residentes se atreven a decir que su mirada es “penetrante”.
“Siempre me dio la impresión de que me seguía con su mirada”, contó un residente.
Otro suchitotense, por su parte, comentó que "siempre he admirado la calidad de esa fotografía, a pesar del tiempo se ha conservado en buen estado".
Aunque no hay datos exactos sobre quién fue Catarina, por la forma en que está construida su tumba se cree que pertenecía a familias acaudaladas de la zona.
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Nació en 1,832 y murió a la edad de 72 años. En la descripción grabada en su sepultura se lee “Madre, siempre estarás en nuestra memoria. Descanse en paz”.
Además tiene escrita “Y que la tierra te sea leve”, que era una forma de explicar la trascendencia de la muerte para la persona y para los familiares que siempre recordarán a su ser querido.
EL ÁNGEL SIN CABEZA
En ese mismo cementerio, hay otra tumba que destaca sobre otras. Se trata de un ángel sin cabeza que, de acuerdo con varios residentes, se cayó tras los terremotos del 2001.
Debido a que ningún familiar ha llegado a arreglarla, esta genera incertidumbre y misterio ya que lo único que se sabe es que pertenece a una mujer.
Por el paso de los años, la escritura se borró por lo que no sabe su nombre ni la fecha en que falleció. Algo que causa asombro en las dos tumbas es que la fotografías no tienen daños y se pueden apreciar con claridad.