Carlos Velasco, propietario de Reptilandia siempre tuvo curiosidad por los reptiles, en especial, por las serpientes. La primera que adoptó, según él relata, la encontró en medio de una carretera.
La serpiente se encontraba lesionada, pero con vida. Carlos cree que la habían golpeado o atropellado. Esa primera mascota aún la conserva con vida, fuera de la exhibición.
Velasco es un ingeniero en computación, de 47 años de edad. A pesar de que su gusto por las especies animales lo tenía desde su adolescencia, decidió estudiar esa carrera por una situación familiar que le demandaba procurar una independencia económica.
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Actualmente, Velasco es estudiante de medicina veterinaria y el mantenimiento de su colección de reptiles le ha llevado a recibir varios diplomados en el cuido de estas especies.
“El objetivo de Reptilandia es educar a la gente. Le tenemos miedo a las serpientes por muchas cosas, menos por lo que son”, explica.
“Tratamos de que la gente no solo venga a ver a los animales y tomar una foto, siempre estamos guiando a los grupos”, agrega.
Una de las características que distingue a este lugar es que los visitantes pueden tocar las serpientes y colocarlas en sus hombros para hacer una fotografía.
Según Velasco, con el tiempo van conociendo a cada ejemplar, ya que algunos de ellos son “más dados a comportarse de manera tranquila”, por esa razón cuando una persona quiere tomarse una fotografía, son ellos quienes eligen con qué ejemplar hacerlo.
Cuidados especiales
El mantenimiento de estas especies es complejo, demanda un monitoreo las 24 horas del día. Carlos y cinco colaboradores más se encargan de realizar las labores de cuido y guía a los visitantes.
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Cada terrario está provisto de un termostato digital que indica la temperatura. La regulación de esta se hace con distintos tipos de iluminación que incrementan el calor cuando es necesario.
Otro de los puntos fundamentales para el cuido de las serpientes es su alimentación. Reptilandia cuanta con bioterios donde crían ratas, grios, gusanos y cucarachas que sirven para alimentar la colección.
Las serpientes más grades son alimentadas con pollos que son criadas por empresas para el consumo humano, menciona Velasco.
Especies
Reptilandia cuenta con 100 ejemplares de 40 especies distintas. Entre ellas pitones, boas, colúbridos, varanos, geckos, camaleones, escorpiones, tarántulas, iguanas, tegus, basiliscos, entre otros.