Los Jardines Colgantes de Babilonia formaron parte de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Fueron construidos en el siglo VI a. C., junto al palacio del rey Nabucodonosor II a orillas del río Éufrates, para que los viajeros los pudieran contemplar, ya que el acceso al pueblo estaba prohibido.
Eran terrazas escalonadas sobre las cuales descansaban plantaciones de flores y árboles de varios tamaños.
Estos jardines fueron perdiendo esplendor hasta desaparecer junto con el Imperio babilónico.
Hoy en día existen extensos jardines alrededor del mundo que, al ser comparados con esa antigua maravilla, no tendrían nada que envidiarle.
Esos edenes destacan por sus impresionantes bellezas, las cuales son producto de sus vastas plantaciones de flores, árboles y arbustos, y sus cascadas y riachuelos. En algunos de estos jardines sobresalen estructuras hechas por la mano del hombre, como puentes, esculturas, pérgolas y fuentes.
Según diferentes sitios web especializados en turismo, estos jardines exóticos y espectaculares son auténticos paraísos, donde se respira paz y se contempla la belleza de la naturaleza en su máximo esplendor.
Te invitamos a que conozcas algunos de ellos.
Jardín de Keukenhof
El jardín de Keukenhof está en Holanda, el país de los tulipanes. Y es precisamente esta flor la que reina en este auténtico “Edén” de 32 hectáreas.
En el vasto terreno, situado en las localidades de Lisse y Hillegom, están plantados más de siete millones de tulipanes, narcisos, jacintos y bulbos en flor, en un entorno plagado de lagunas, molinos de viento, fuentes y arroyos, los que ofrecen paisajes de ensueño.
Este jardín es el más extenso de Europa y debe su nombre a la noble Jacqueline de Baviera, quien decía que pasear en ese lugar era “como sentir los olores de las miles de especies que utilizaban en la cocina de su palacio”. El nombre Keukenhof, significa cocina en holandés.
Este paraíso, que solo puede visitarse durante primavera, desde el 20 de marzo al 18 de mayo, se ha convertido en un ícono nacional de ese país nórdico.
Jardín Claude Monet
Fue en Giverny, Francia, donde el famoso pintor Claude Monet encontró gran parte de su inspiración artística.
En esta localidad el artista construyó uno de los jardines más lindos del mundo.
El onírico jardín se ubica en un prado por el que pasa un arroyo; posee un estanque lleno de nenúfares rodeado de sauces, árboles tropicales, y arbustos. También tiene rosas, tulipanes, amapolas rojas y orientales, junquillos, narcisos y margaritas.
En ese paisaje sobresale un pequeño puente verde de madera.
Este vergel inspiró varias obras de Monet, como “El puente japonés” y “El estanque de las Ninfas”, ambas obras expuestas en el Museo Orsay de París.
Jardín de Butchart
Con una extensión de cincuenta hectáreas, el jardín de Butchart, en Vancouver (Canadá), es uno de los más espectaculares del mundo.
Este paraíso se mantiene vibrante todo el año, tanto en invierno como en verano.
Está formado por cinco áreas entrelazadas por distintos senderos, a través de los cuales se muestran más de 700 variedades de plantas que forman un espectáculo único.
El jardín comenzó a construirse en 1904 por iniciativa de Jenny Butchart, quien decidió embellecer una cantera de piedra caliza de donde su marido había sacado el material para hacer cemento en su fábrica. Primero plantó algunas plantas, luego unos rosales y se fue animando hasta crear uno de los rincones más bellos del planeta.
Jardín Suan Nong Nooch
Este parque se ubica en Pattaya, Tailandia. Y ha ganado reconocimiento a nivel mundial gracias a sus impresionantes vistas.
Quienes visitan este lugar aseguran estar en un jardín de un cuento de hadas.
Está rodeado de edificaciones de estilo tailandés, villas, restaurantes y piscinas.
Ocupa 600 hectáreas, las cuales fueron adquiridas por el señor Pisit y la señora Nongnooch, en 1954. El terreno estaba destinado para plantaciones de frutas, pero luego decidieron convertirlo en un jardín tropical.
Jardín Xilitla
Este jardín mexicano es único en el mundo por su estilo arquitectónico integrado a la naturaleza. Fue creado entre 1960 y 1970 por el artista escocés Edward James en el municipio de Xilitla -voz huasteca que significa lugar de caracoles-, en el estado de San Luis Potosí.
Es un jardín lleno de esculturas y construcciones surrealistas, situado en medio de la selva.
En un principio, albergó una fabulosa plantación de orquídeas y fue hogar de diferentes animales exóticos. Pero cuando una helada destruyó el terreno, el propietario del lugar decidió crear el jardín que se conoce hasta la actualidad.
En total son 37 hectáreas con 27 esculturas y construcciones arquitectónicas, entre ellas columnas con capiteles de flores gigantes, arcos góticos, puertas, pabellones con niveles indeterminados y escaleras de caracol que terminan bruscamente en el aire.
