Julianne Moore viaja dentro del Alzheimer en “Still Alice”

La actriz nominada al ??scar por esta película tuvo que vivir en carne propia cada una de las experiencias que pasa una persona que sufre la enfermedad

descripción de la imagen
elsalvador.com

Por

2015-02-09 12:00:00

La adaptación de uno de los libros más vendidos en los últimos tiempos bajo la autoría de Lisa Genova, el drama “Still Alice”, cuenta la historia de una profesora de lingüística de la Universidad de Columbia que descubre que posee los síntomas tempranos del Alzheimer.

“Realmente comencé desde cero”, comentó Moore en una entrevista reciente en el Four Seasons Hotel de la ciudad de Los Ángeles.

“Todo era tan convincente en el guion, que era la primera vez que había visto una enfermedad como esta, representada objetivamente. Por lo general, se ve desde el punto de vista del cuidador o un miembro de la familia que está mirando a la persona transformarse de esta manera. Esto (la película) lo trae desde dentro del personaje, el viaje que recorre a través de ella”, añadió la artista.

La actriz, quien está nominada al Óscar por su tan aclamada actuación en esta cinta, les había dicho desde el principio a los codirectores y escritores Richard Glatzer y Wash Westmoreland que ella no quería representar en la pantalla nada que en la realidad no hubiese visto.

Como utilizando un rotulador para no perderse en medio de un discurso o autorecetándose diariamente con pruebas de memoria en su iPhone, todo lo que Alice hace en la producción cinematográfica se basa en la realidad. “Sentí que era la única forma justa de hacerlo”, explicó.

La pelirroja hizo un gran esfuerzo para sumergirse dentro del mundo de la enfermedad, recorrió libros y documentales que ella, Glatzer y Westmoreland intercambiaron unos con otros; y no solo eso, sino que también habló con médicos, neurólogos y, lo más importante, con pacientes reales que sufren el terrible Alzheimer.

Investigación

Moore comenzó a nivel nacional (Estados Unidos) realizando llamadas vía Skype con los pacientes que contactó a través de la Asociación de Alzheimer. Tuvo un médico que la guió en una extensa prueba cognitiva en el Hospital Mount Sinai de Nueva York. Además, consultó con gerontólogos.

Durante sus largas estancias en centros de atención y grupos de apoyo, Moore se vio abrumada por la generosidad de todas las personas con las que habló en el proceso, observó que las personalidades de la gente eran muy evidentes, no importa qué tan avanzado estaba su padecimiento.

“Había un tipo que era muy sociable que hablaba con todo el mundo y daba la bienvenida a todas las personas que se encontraba en su camino. Él había sido dueño de un bar. También estaba otra mujer que había sido modelo, había trabajado en la industria de la moda, ella me mostró su libro. Otra mujer había sido diseñadora. Todo fue interesante”, explicó Moore, quien también se aseguró de hablar con los familiares que visitaban a sus parientes.

Moore también vio un ejemplo cercano de los efectos de la enfermedad en un matrimonio: Glatzer, quien está casado con Westmoreland, está viviendo con el mal conocido como Esclerosis lateral amiotrófica (ALS). Al momento que inició la producción de la película, él ya había perdido el habla y el uso de sus brazos.

En una entrevista, Glatzer se comunicó escribiendo en un iPad con un dedo de su pie derecho. “Todavía puedo escribir con un dedo en el iPad. Es muy importante si estás luchando con una enfermedad como esta, sentir que todavía importa. Es irónico que en mi estado deteriorado, me gustaría ser capaz de hacer una película que era creativamente todo lo que siempre había deseado”, escribió.

Aunque la ALS es bastante diferente al Alzheimer –Glatzer tiene todas sus facultades cognitivas–, ambas son enfermedades degenerativas.

“Creo que ellos ponen mucho de su propia experiencia en esto”, añadió Moore. “Esta es una película sobre la vida con la enfermedad, no sucumbir a ella”.

Para Glatzer y Westmoreland, la serie de citas médicas y el prediagnóstico de Alice eran “inquietantemente similares” a las que ellos pasaron. Para ilustrar el deterioro de Alice, a través del relato que se desarrolló en dos años y medio, los directores utilizaron varios trucos que incluyen filtros de maquillaje y cámara, mientras que Moore se tomó la molestia de alterar delicadamente su discurso y también su físico.

“Nunca quisimos que se supiera que hubo cierto cambio en el personaje de Alice hasta el final de la película, cuando hay una comparación con lo que solía ser, a través del descubrimiento de un mensaje de video. Entonces el público repentinamente enfrentará a lo mucho que ha cambiado. Los cambios ocurren de manera sutil e incrementan, pero… es inevitable”, aseguró Westmoreland.

Como actriz, Moore se sorprendió de que los días más difíciles y agotadores eran aquellos en los que su personaje fue reducido.

“Esos eran los días en que tenía menos líneas. Pero se trataba del esfuerzo que la gente estaba haciendo por pasar por la enfermedad”, detalló.

Moore es una de las favoritas para ganar el premio de la Academia, ella no es tímida al admitir lo maravilloso que sería ganar el Óscar.

“En última instancia, se trata de tus compañeros reconociendo tu trabajo. ¿Quién no quiere eso?”, sostuvo.

El Bafta

La estrella estadounidense está a un paso de obtener la codiciada estatuilla, ya que el pasado domingo consiguió el Bafta a la mejor actriz por “Still Alice”, en la 68 edición de los premios de la Academia Británica de las Artes Cinematográficas y de la TV.

Moore se impuso a Amy Adams (“Big eyes”), Felicity Jones (“La teoría del todo”), Reese Whiterspoon (“Wild”) y a la aplaudida Rosamund Pike (“Perdida”).

Moore, más hermosa que nunca, lució un espectacular diseño escotado de Tom Ford, una de las firmas favoritas de la actriz. Le dedicó el premio “a las mujeres de su vida”.

“Quiero agradecer este premio a todo el equipo de la película, es un verdadero honor para mí estar aquí esta noche. Sobre todo, quiero dedicárselo a las mujeres de mi vida, en especial a mi abuela y a mi madre”, expresó, súper emocionada.

Este es el primer Bafta que logra Julianne, quien ya fue nominada en tres ocasiones anteriores: en 1999 por “El fin del romance”, en 2002 por “Las horas” y en 2010 por “Los chicos están bien”.

Moore queda muy bien posicionada para la 87 edición de los Óscar, que tendrá lugar este 22 de febrero, en el Dolby Theatre de Los Ángeles.

El Bafta para Poore fue presentado por el actor británico Henry Cavill y el estadounidense Chris Evans, en lo que fue el penúltimo galardón de la noche.

La actriz ha estado muy ligada al Óscar este año, no sólo es una de las favoritas, también está ayudando a diseñar la sala de estar entre bambalinas para las celebridades.

La revista Architectural Digest anunció que la estrella ofrecerá asesoría sobre el look del llamado “green room” y ayudará a elegir los muebles y decoración para el enclave.

La actriz de 54 años dice que sabe “lo que es estar entre bastidores la noche de los Óscar” y está contentísima de ayudar a decorar el salón.

Además de ser una excelente artista, la también productora, destaca en otras ramas del arte. Ha cosechado Globos de Oro, Emmys y Premios SAG. —AGENCIAS