La apabullante actuación de Lady Gaga y Bradley Cooper defendiendo la canción “Shallow” de “A Star is Born” y un reivindicativo y exultante Spike Lee fueron los momentos más sobresalientes de unos Óscar ágiles y sin presentador, con escasos instantes memorables y con mucha presencia hispana.
Aspiraban a protagonizar uno de los momentos más brillantes de los Óscar y no decepcionaron. Lady Gaga y Bradley Cooper interpretaron “Shallow”, que posteriormente ganaría el Óscar a la mejor canción original, con una emotividad y una intensidad extraordinarias en una actuación de diez que, además, se benefició de una puesta en escena ideal y muy íntima.
Los famosos dieron hoy un recital de complicidad mientras interpretaban a dúo sobre el escenario del Teatro Dolby de Los Ángeles el tema “Shallow”, de la película “A Star is Born”, nominada a siete estatuillas.
En uno de los momentos más especiales de la velada, Gaga y Cooper trasladaron a la gala de los Óscar la “química” de la que ya hicieron gala en la película, lo que fue recompensado por el público con un largo aplauso.
Sin embargo, Gaga y Cooper se olvidaron de todo lo que les rodeaba y solo tuvieron ojos el uno para el otro, con una puesta en escena perfectamente estudiada.
Una complicidad que acabó con ambos actores sentados al piano que tocaba la cantante en los últimos acordes de “Shallow”, mejilla contra mejilla, ojos cerrados y una expresión dulce que se metió a los asistentes en el bolsillo.