La crisis de la familia real británica parece no tener fin. La fuerte noticia que dieran Meghan y Harry en enero sobre su renuncia al palacio de Buckingham y los compromisos adquiridos por ser parte de la realeza hizo tambalear la corona.
La reina Isabel II se mostró descontenta con la decisión de su nieto, pero tras firmar algunos acuerdos avaló su salida de la realeza, no sin antes hablar del enorme cariño que sentía por Meghan y Harry quienes aseguraron que buscaban su “independencia financiera”.
Antes de hacer pública la noticia, los duques de Sussex gastaron una buena suma de libras para registrar la marca Sussex Royal, la cual desarrollaron juntos desde su matrimonio en mayo de 2018, y la de su fundación que lleva el mismo nombre. Harry y Meghan pretendían explotarla con una larga lista de 100 productos, lo que les dejaría numerosas ganancias.
Muchos críticos señalan que la reina se había mostrado un tanto condescendiente y tolerante con el comportamiento de su nieto, no obstante, ahora parece ser ella quien encontró la forma de hacer tambalear los planes económicos de la pareja.
Para su primer evento con la Reina Isabel, Meghan lució un diseño de Givenchy. Foto / AFPA inicio de semana, la monarca prohibió a su nieto y su esposa usar la palabra “royal” en sus comunicados y cualquier otra actividad que realicen con fines comerciales.
Un portavoz del palacio explicó al diario inglés Daily Mail que “simplemente no pueden usar esa palabra porque ya no pertenecen a la Realeza”.
Según The Mirror, la monarca habría contratado a un prestigioso grupo de abogados para darle mayor peso legal a este requerimiento.
Después de varios días en silencio, Harry y Meghan emitieron un comunicado en respuesta a la decisión de la monarca: “El duque y la duquesa de Sussex no tienen intención de utilizar ‘Sussex Royal’ en ningún territorio después de la primavera de 2020”.