A 28 años de la muerte de Freddie Mercury, vocalista de la afamada banda de rock “Queen”, Mary Austin, la mujer más amada por el artista, aún vive y disfruta de los regalos que este le dejó.
Austin fue la primera persona que supo que Mercury estaba infectado con VIH, aún antes que el propio músico. A pesar de que habían terminado su noviazgo hace mucho tiempo, la relación de amistad que los unía nunca se rompió y se mantuvieron juntos hasta el último momento.
Nunca se casaron, pero él la llamaba “mi esposa”. Esta historia de amor se remonta a 1969, cuando Austin tenía 19 años y era empleada en la boutique londinense “Biba”, donde se reunían los jóvenes artistas del momento. Freddie, un artista en ascenso, pero poco conocido, solía ir allí con el guitarrista Brian May. Y en realidad fue May quien se animó a hablarle la primera vez, pero la chica estaba interesada en Freddie.
“Al principio, la mayoría de veces venía con alguien. Sonreía, decía ‘hola’ y pasaba. Pero sus visitas se hicieron cada vez más frecuentes. Habrán sido cinco o seis meses hasta que finalmente me preguntó si quería salir en una cita con él. Cinco meses después estábamos viviendo juntos y seguimos así durante unos seis años creo”, narró Mary en el documental Freddie Mercury- The Untold story.
Mary provenía de una familia pobre: su padre cortaba telas en una tienda y su madre era empleada doméstica en una pequeña compañía. Su vida empezó a cambiar cuando empezó el romance con Mercury. May, para el mismo documental, contó que “el tenía relaciones con mujeres, aunque viéndolo en retrospectiva creo que su corazón nunca estuvo realmente interesado. Pero con Mary obviamente sí lo estuvo. Lo suyo creo que funcionaba porque Freddie era muy tímido y ella también y creo que ellos eran una buena pareja, lo podía ver”.
Mary vivió junto a Freddie sus primeros años de oro. Lo acompañaba a sus grabaciones y pasaba con él la mayoría de noches cuando componía. Era una relación de fidelidad y verdadero cariño.