El principe Harry ha renunciado a una tradición de más de 160 años de la familia real por amor a su esposa, Meghan Markle.
Se trata de la cacería real que se desarrolla desde 1853 y en la que Harry ha participado desde que tenía 12 años.
Según el periódico The Sun, este año el duque de Sussex no formará parte de esta tradición debido a que Markle es una fiel defensora de los animales y está en contra de que su esposo participe de ella.
El medio ha señalado que desde hace unas semanas Harry optó por no participar en esta actividad conocida como el “Urogallo Real”.
En diciembre de 2017, Harry también se abstuvo de participar en la cacería de un zorro durante el “Boxinn Day”, hecho que coincidió con el anunció del compromiso de la pareja real.
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Desde su boda el 19 de mayo, Meghan también ha tenido que renunciar a algunas de sus costumbres para acoplarse a las de su nueva familia.
La exactriz, de 37 años, no solo ha tenido que involucrarse en asuntos más serios, si no también tiene que seguir las reglas que impone el Palacio de Kensington.
En julio pasado se vio obligada a renunciar a uno de sus platillos favoritos, la pasta. El exchef de la familia real, Darren McGrady reveló que la reina Isabel prohibió en el menú del Palacio de Buckingham todo alimento que posea almidón, porque “no le gustan”.
No más selfies, no más uñas con esmalte oscuro, no más autógrafos, no más minifaldas y no cruzar las piernas, son algunos de las reglas a las que se ha sometido
En julio pasado se vio obligada a renunciar a uno de sus platillos favoritos, la pasta. El exchef de la familia real, Darren McGrady reveló que la reina Isabel prohibió en el menú todo alimento que posea almidón, porque “no le gustan”.No más selfies, no más uñas con esmalte oscuro, no más autógrafos, no más minifaldas y no cruzar las piernas son algunos de las reglas a las que se ha sometido por amor a su marido.