Harry y Meghan comparten con jóvenes en su segundo día de su visita por Sudáfrica. Foto/ The Grosby Group
La pareja real también visitó la mezquita de Auwal, la más antigua de Sudáfrica, y pasearon por el histórico y colorido barrio de Bo-Kaap, donde se sintieron “abrumados por la impresionante bienvenida” recibida en Ciudad del Cabo, según declararon en su cuenta de la red social Instagram.
Pero la moderna Ciudad del Cabo es solo la primera parada dentro de un viaje que también llevará al príncipe Enrique a Botsuana, Angola y Malaui, mientras que la duquesa y su hijo permanecerán en Sudáfrica.
Durante la estancia en este país, están previstos encuentros con el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, con la viuda de Nelson Mandela, Graça Machel, y con el arzobispo emérito y premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, entre otras personalidades.
El resto del viaje pondrá el foco en el apoyo a proyectos solidarios, de conservación medioambiental y de lucha contra el sida, entre otros.
Además, el príncipe Enrique rendirá homenaje a su madre, la fallecida princesa Diana, siguiendo sus pasos en Angola. Allí, en un icónico viaje en 1997, Diana de Gales apoyó campañas de eliminación de minas caminando por los campos que estaban siendo limpiados.
El sur de África ocupa un lugar especial en la historia de los duques de Sussex, ya que Botsuana fue el destino de su primer viaje juntos cuando comenzaron su noviazgo en 2016.
En el Reino Unido, desde su matrimonio en 2018, la joven pareja real se ha visto sometida a un escrupuloso escrutinio, en especial en lo relativo a Markle, no exento de críticas.
La causa de la última gran polémica fue por utilizar un avión privado hasta cuatro veces en dos semanas para sus vacaciones.
Fue un gesto que algunos medios catalogaron de “hipócrita” porque la alta contaminación y el elevado coste de los vuelos contradice su público compromiso contra la pobreza y el cambio climático.
Está previsto que el 2 de octubre toda la familia vuele de vuelta al Reino Unido desde Johannesburgo.