Durante una entrevista en el programa radial The Howard Stern Show, Paul McCartney ofreció algunos puntos de vista respecto a la pandemia del COVID-19 y expresó su preocupación por la situación en China, país donde se presentó el primero caso de contagio.
“Deberían cerrar los mercados callejeros en China donde venden murciélagos”, manifestó el exintegrante de The Beatles.
El músico inglés, de 77 años, se refirió así a la teoría de que estos mamíferos voladores podrían ser los causantes de la propagación del virus. Asimismo, calificó de “medieval” la práctica de comer esos animales.
“Realmente espero que esto signifique que el gobierno chino diga: ‘Ok, muchachos, realmente tenemos que ponernos súper higiénicos por aquí’. Y seamos sinceros, es un poco medieval comer murciélagos”, manifestó el artista.
McCartney fue enfático sobre la necesidad de tomar medidas higiénicas más estrictas durante la pandemia.
“No tenía por qué morir toda esta gente. ¿Y por qué? Por todas sus prácticas medievales. Simplemente necesitan ser más limpios. Esto debería hacer que lo sean a partir de ahora. Si esto no hace que cambien, no sé qué lo hará”, recalcó el músico.
Las palabras del artista británico hacen referencia a una de las posibles teorías sobre el origen de la pandemia. Y es que, se cree que el coronavirus llegó a los humanos a través de la sopa de murciélago, uno de los platillos exóticos que se venden en algunos mercados de China. Con base a esa teoría, el músico centró sus críticas en ese tipo de lugares y exigió su clausura.
“No es una idea tonta, es una muy buena idea. Quien sea responsable de esto está en guerra consigo mismo y con el mundo”, manifestó.
Cabe destacar que Paul McCartney es un férreo defensor de los derechos de los animales y es vegetariano desde hace más de cuatro décadas.
“Entiendo que parte de esto es que la gente lo hace desde siempre, pero así sucede con todo. También la esclavitud se practicó durante siglos y en algún momento hay que cambiar las cosas”, refirió el artista.
Esta no es la primera vez que el artista británico critica los mercados chinos, específicamente los que venden animales. En 2005 anunció que no volvería a actuar en China hasta que se pudiese considerar un “país civilizado”.