Primero quedaron atrapados en El Salvador por la pandemia. pero luego Pablo y Kelly, el argentino y la brasileña del canal de YouTube "Catarina sem fronteiras" junto a su mascota Gaia, fueron conquistados por su gente y por las maravillas naturales que tiene El Pulgarcito. Y es que nunca pensaron que su estadía en este terruño se alargaría a un año y cuatro meses, durante los cuales fueron testigos de la solidaridad del pueblo que les tendió la mano aun sin pedirlo.
"Ni con todas los idiomas del mundo podría describir lo que vivimos en este país... Lo tenés que vivir, y que el tamaño no te engañe, este Pulgarcito es un pack completo, desde La Unión hasta Metapán", comienza diciendo Pablo en el video que hicieron a manera de despedida, y donde destacan la grandeza de corazón de los salvadoreños.
"Y no te asustés si se te acercan mucho, el salvadoreño es así, es curioso, le gusta conversar, saber de dónde venís, contarte del Mágico González. Y algo que no falla: "¿Ya probaron las pupusas?", esa es la pregunta que rompe cualquier hielo. Es una invitación a ser parte de su cultura", advierten los sudamericanos al espectador.
Los viajeros destacaron lo impresionados que quedaron cuando alguien sin conocerlos les ofreció una casa, para que no estuvieran en la calle durante el confinamiento. "Estuvimos desde marzo hasta enero en esa casa... No nos conocíamos y nos dejó una casa con toda confianza... No sabemos cómo agradecer", expresó Pablo mientras Kelly expresó que están en una "deuda eterna".
"Nos traían comida, teníamos tanta que no sabíamos qué hacer con tanto, así que decidimos compartir con otras personas porque era demasiado", relató el argentino. Kelly por su parte también agradeció a quienes le ayudaron cuando se enfermó, en especial a una señora llamada Sonia que la "adoptó" como su hija. "Gracias por ser mi mamá en El Salvador", dijo agradecida.
"Un enorme gracias eterno a toda esa gente que nos ha compartido y nos ha ayudado. No sabemos cómo expresarnos, porque es algo que no lo vimos nunca, y El Salvador ha sido así todos los días desde que estuvimos en él", dijo Pablo, quien no oculta que también cayeron rendidos ante la gastronomía cuscatleca.
Pero el viaje debe continuar, y aunque no hay tiempos estipulados en sus planes no descartan el volver a esta tierra cuando ya estén extrañando las pupusas y porque "El Salvador es nuestra segunda casa", asegura Pablo. Por su parte, Kelly cree que para eso no pasará mucho tiempo.