Para nadie es un secreto que desde que la mexicana Salma Hayek llegó a Hollywood se convirtió en una de las actrices más deseadas entre las estrellas del séptimo arte. Ahora, la famosa aprovecha el apogeo de las redes sociales para consentir a sus fans de cuando en cuando con sensuales fotografías.
La actriz, quien recientemente cumplió 53 años, se encuentra muy activa en el mundo del espectáculo, pese a que le dijeron que a partir de los 30 años ya no tendría tantos papeles en dicha industria. Lo cierto es que Salma ha sabido conservar su despampanante figura, y parece que el tiempo no pasa por ella.
Ante algunos cuestionamientos, Salma no ha dudado en aclarar que no se ha realizado ninguna cirugía estética y tampoco ha usado botox. Su secreto de belleza tampoco está en las dietas. Salma ha aclarado que su horario de trabajo no le permite tener una rutina de ejercicios en el gimnasio, por lo que prefiere recurrir al yoga.
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“Nunca antes había tenido tanto trabajo. Siempre te aconsejan que ahorres dinero porque todo se habrá acabado para ti cuando cumplas los 30. Pero también me dijeron que nunca conseguiría trabajo en Los Ángeles porque era mexicana y tenía acento. Ahora tengo 50 y estoy trabajando más que nunca antes. Los mejores personajes son de mujeres de treintaitantos para arriba. Como actriz, son más interesante. Ahora me he librado por fin de la etiqueta de sex symbol”, declaró meses atrás la belleza mexicana.
Pese a que Salma siempre se ha caracterizado por ser abierta con la prensa y tener buen sentido del humor, hay curiosidades de la vida privada de esta estrella que no todos conocen.
Por ejemplo, durante su vida de estudiante, la originaria de Veracruz fue expulsada del colegio por ser demasiado “traviesa”.
Y también está la ocasión en la que sorprendió al invitar a su famoso exnovio, el actor Edward Norton, a su boda con el multimillonario francés François-Henri Pinault. Salma y Pinault llevan casados desde 2009 y tienen una hija, Valentina.