VIDEO: El anuncio de muñecas Roxana que aún resuena en la memoria de los salvadoreños

Para las fiestas de fin de año muchas niñas anhelaban tener entre sus manos las hermosas figuras de plástico, entre ellas los muñecos Chiquis, que eran fabricados con mucho esmero.

La pegajosa melodía del comercial de televisión aún resuena en la memoria de muchos salvadoreños.

Por Osmín Monge

2020-12-29 10:50:11

Las muñecas Roxana eran, sin lugar a dudas, el juguete preferido de muchas niñas salvadoreñas. Por varias décadas, durante las fiestas de fin de año, las reinas de casa soñaban con jugar con esas lindas figuras de plástico.

Las había de varios tamaños y colores, pero todas lucían hermosos vestidos y elaborados peinados, que les daban un aspecto único y especial.

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Entre la variedad de juguetes destacaban los simpáticos muñecos Chiquis, que eran unas figuras de grandes cachetes, ojos expresivos, boca pequeña, cabello de lana y de cuerpo de trapo. Eran la adoración de muchos.

“Recuerdo mi muñequito Chiquis que mi mamá me compró, con mucho sacrificio, para una Navidad. Era lindo y grande, de cabello rubios. Me la pasaba jugando todo el día con él. Ese muñeco me hacía soñar”, comenta Margarita de Miranda, residente en San Vicente.

Todos los diciembres de aquellos años aparecía en la televisión el tradicional anuncio que promocionaba las muñecas de Industrias Roxana, incluyendo los Chiquis.

Los muñecos Chiquis eran los prefirdos de muchas niñas. Foto Facebook

Las imágenes del querido juguete eran presentados al ritmo de una pegajosa melodía, la cual hoy en día aún resuena en la mente de muchos salvadoreños.

Un detalle muy importante en torno a estas muñecas, es que eran elaboradas por manos salvadoreñas, específicamente en una fábrica ubicada en Santa Tecla.

Entrar a esa factoría era entrar a un mundo de fantasía. Ahí, hombres y mujeres laboriosos —como duendes de Santa Claus en su taller— creaban con avidez las hermosas muñecas y los juguetes llamados “mordelones”.

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Cabezas, troncos, manos y piernas de vinil, ojos mecánicos, cabellos sintéticos en diversas tonalidades, vestidos multicolores y zapatitos de plástico eran ensamblados con mucho cuidado por los colaboradores de la factoría para darles forma a los hermosos juguetes.

De esa fábrica surgían varios tipos de muñecas, entre ellas, Natasha, Pamela, Sofía, Andrea y Nicole, así como también los “bebés” y, por supuesto, los simpáticos “Chiquis”. Cada uno de ellos era elaborado con productos de primera calidad, que en su mayoría se importaban de países como China, Colombia, Italia y Estados Unidos.

Las muñecas eran fabricadas en El Salvador. Foto EDH / Archivo

Todo este trabajo se llevaba a cabo frente a la mirada atenta de doña Irma Charud, propietaria de aquella empresa.

La marca Roxana nació en 1970 bajo la dirección de Tacoplast, S. A. de C.V, pero en 2001 prescindió de esta marca y de la administración, que en su mayor parte era familiar; se concentró en fundar una nueva empresa denominada Industrias Roxana, S.A de C.V. Fue nombrada así en honor a la hija de la propietaria.

Durante varias décadas, la factoría centró sus esfuerzos para mejorar la calidad de los productos y recuperar el mercado. Era la única compañía que producía muñecas y mordelones a nivel centroamericano.

Los Chiquis se fabricaban con esmero. Foto EDH / Archivo

Pero mantener al frente esta empresa no fue tarea fácil. Tuvo que enfrentar a la competencia de las empresas de China, que eran las que más exportaban muñecas a El Salvador.

La producción de las muñecas que se vendían en la época navideña iniciaba en agosto y finalizaba en diciembre. Durante ese tiempo se elaboraban mil figuras diarias.

Pese a los esfuerzos, Industrias Roxana tuvo que ponerle un alto a sus operaciones. Con mucha tristeza, sus obreros dejaron de producir aquellas muñecas de finos cabellos, ojos hermosos y de buen vestir, las cuales le brindaron alegría y hacían realidad los sueños de miles de niños salvadoreños.